“Se producirá un cambio cuántico cuando adoptemos terminologías estandarizadas para todos los ámbitos de salud”“Ocorrerá uma mudança quântica quando adotarmos terminologias padronizadas para todas as áreas da saúde”

Entrevistas

Después de trabajar seis años en la industria farmacéutica como directora médica y otros ocho años como consultora clínica en compañías de desarrollo de software, la Dra. Alejandra Lozano Schälchli decidió dar un salto y en 2013 se sumó al Ministerio de Salud de Chile, como referente de Terminologías y Estándares Clínicos. Inicialmente dedicada a la creación de la terminología farmacéutica chilena, un lenguaje estandarizado para denominar términos relacionados con medicamentos y productos comerciales de tipo farmacéutico o biológico, con el paso del tiempo fue sumando responsabilidades, siempre relacionadas con la informática médica: así, hoy representa a Chile en el Comité Técnico Regional de la Red Americana de Cooperación para el Desarrollo de la Salud Electrónica (RACSEL) y en el Grupo Asesor para el Uso de Datos en Salud de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OECD).

Llegar al sistema público permite intervenir en decisiones de mayor impacto, en general. La posibilidad de influir en el desarrollo nacional de la salud electrónica y, particularmente, en la adopción de estándares es muy atractiva. Se va a producir un cambio cuántico cuando adoptemos, a nivel de país, terminologías estandarizadas para todos los ámbitos de salud. Se facilitará la continuidad del cuidado; mejorará la calidad de la información”, reflexiona la experta ante la consulta de eHealth Reporter. Y agrega: “El objetivo fundamental detrás de todas las tareas que estoy cumpliendo es implementar una estrategia de salud conectada y mi rol es el de asegurar que las terminologías estén disponibles para la interoperabilidad semántica (trabajo en etapas). La terminología resguardará que cada término tenga un significado único y permanente, que no haya ambigüedades ni duplicidades”.

– ¿Quién se beneficia con la existencia de una Terminología Farmacéutica como la que impulsó en Chile?

– Se benefician todos los prestadores de salud que deben prescribir, administrar o dispensar medicamentos. También todas las organizaciones que participan del proceso logístico (ya sea comprando, licitando o vendiendo medicamentos) y los profesionales que deben generar reportes o informes estadísticos relacionados con fármacos. Indirectamente, además, todos los emprendimientos de tecnología que requieran un lenguaje estándar para medicamentos, ya que no tendrán la necesidad de crear el propio. Existen pocos países que cuentan con una terminología para fármacos (Reino Unido, Dinamarca o Australia), pero sigue siendo una dimensión de innovación en el mundo. En nuestra región, la primera guía editorial (reglas para la construcción de la terminología) es la chilena.

– ¿Cómo se puede medir ese beneficio?

– Las formas de medirlo son diversas. Hay organismos que actualmente le pagan a consultoras externas para que “traduzcan” los listados de información relacionada con productos farmacéuticos, costo que podrá evitarse y que puede cuantificarse fácilmente. Otra manera de medir el impacto es al calcular los errores de medicación o sus consecuencias clínicas antes y después de implementar su uso.

– Para entender un poco la situación en Chile, ¿qué diferencias hay entre la estrategia SIDRA y la de Salud Conectada? 

– La estrategia de salud conectada no sólo considera a los prestadores o establecimientos de atención de salud, sino que también espera alcanzar a todas las organizaciones del sector (ya sea que participen de procesos logísticos, o estén relacionadas con financiamiento, acreditación, vigilancia). Todos quienes registren, almacenen o usen información clínica deberán estar coordinados con los demás actores del sector para intercambiar documentos o recursos clínicos en la medida en que sean funcionales a los procesos definidos.  SIDRA (Sistema de Información de la Red Asistencial) es el habilitante más importante del proyecto de salud conectada, porque permite el registro electrónico de la información clínica en los puntos de atención de pacientes; es decir, en relación con la continuidad del cuidado.

– ¿Qué balance hace de la situación de la red RACSEL? ¿Podrían sumarse otros países de la región como Brasil o Argentina?

RACSEL ha cumplido con facilitar un desarrollo regional homogéneo en lo que se refiere a salud electrónica. La transferencia tecnológica le ha permitido a la región aprovechar los avances ya establecidos y el aprendizaje en conjunto ha creado herramientas para mejorar el nivel de madurez de todos los países de la red (Uruguay, Colombia, Chile, Perú, Costa Rica), y facilita la creación de un mapa de ruta eficiente para seguir avanzando en salud electrónica. El proyecto BID que sustenta el funcionamiento de RACSEL tiene contrapartidas de los países miembros, objetivos que requieren trabajo laborioso y plazos fijos  para entregar los resultados. Por esta razón, la ventana para incorporar países nuevos sólo pudo darse al inicio del proyecto. No obstante, las lecciones aprendidas pueden ser aprovechadas por todos los de la región y esperamos contar con una nueva etapa en la que podamos incorporar a los países que no alcanzaron a concretar su membresía.

– ¿Cómo evalúa el estado de la salud electrónica en la región y qué se debería hacer para impulsarla?

El desarrollo en la región es muy heterogéneo; incluso dentro de cada país hay áreas con diferente nivel de madurez. Pero esto es también una oportunidad para avanzar más rápido, si se comparten con generosidad las lecciones aprendidas. La Red RACSEL ha contribuido a generar una dinámica de intercambio y aprendizaje conjunto que es un logro importante en un área donde los expertos aún escasean. Contribuyó, creo, a mejorar la eficiencia de los recursos. Una de las mayores dificultades de nuestro continente, para la implementación de cualquier tecnología, tiene que ver con las distancias geográficas. Como ése no es un problema en los países más desarrollados, hay poca experiencia para mejorar las condiciones de acceso. Esto, sin embargo, puede verse como una oportunidad para incorporar métodos de alto impacto. Por otro lado, países con tantas necesidades de desarrollo en múltiples dimensiones están obligados a ser superlativamente eficientes en el uso de cualquier herramienta y no siempre se prioriza el gasto en tecnología.

– En octubre participará del encuentro HIMSS Brasil, ¿podría adelantar de qué se tratará su presentación?

Presentaré la terminología farmacéutica chilena (TFC), y explicaré en qué consiste, para qué sirven las reglas creadas, y también la forma en que dejaremos disponible este lenguaje estandarizado en Chile. Será un bien público. Por otro lado, compartiré con la audiencia el compromiso que tiene la Red RACSEL con el BID para crear productos que quedarán disponibles como bien público regional y les contaré cómo podrán acceder a ellos y cuándo. Personalmente, tengo la expectativa de generar interés en usar las bases de este lenguaje para crear terminologías farmacéuticas para otros países de la región, aprovechando el trabajo ya realizado en Chile, dado que nuestros mercados son bastante similares. Si podemos ahorrarle años de trabajo a países hermanos sería fantástico.

– ¿Por qué un congreso como el de HIMSS Brasil es importante para la comunidad de eHealth latinoamericana?

Se trata de un evento respetado, donde todos tienen la expectativa de escuchar experiencias potencialmente útiles para sus propias realidades. En particular, para América Latina es importante porque nuestros países comparten muchas características, problemas y oportunidades particulares que no se dan en otros continentes. Por lo tanto, este tipo de encuentro genera un diálogo interno que permite compartir buenas prácticas que pueden efectivamente implementarse en nuestras realidades. Es una conversación que va más allá de la teoría y es, esencialmente, esa dimensión práctica la que resulta atractiva para los profesionales latinoamericanos.Depois de trabalhar seis anos na indústria farmacêutica como diretora médica e outros oito anos como consultora clínica em empresas de desenvolvimento de software, a Dra. Alejandra Lozano Schälchli decidiu dar um salto e em 2013 uniu-se ao Ministério de Saúde do Chile, como referente de Terminologias e Padrões Clínicos. Inicialmente dedicada à criação da terminologia farmacêutica chilena, uma linguagem padronizada para denominar termos relacionados com medicamentos e produtos comerciais de tipo farmacêutico ou biológico, com o passar do tempo foi somando responsabilidades, sempre relacionadas com a informática médica: assim, hoje representa o Chile no Comitê Técnico Regional da Rede Americana de Cooperação para o Desenvolvimento da Saúde Electrónica (RACSEL) e no Grupo Assessor para o Uso de Dados em Saúde da Organização para a Cooperação e o Desenvolvimento Econômicos (OECD).

Em geral, chegar ao sistema público permite intervir em decisões de maior impacto. A possibilidade de influenciar no desenvolvimento nacional da saúde eletrônica e, particularmente, na adoção de padrões é muito atraente. Ocorrerá uma mudança quântica quando adotarmos, em nível de país, terminologias padronizadas para todas as áreas de saúde. Facilitará a continuidade do cuidado; melhorará a qualidade da informação”, reflete a especialista com a consulta da eHealth Reporter. E acrescenta: “O objetivo fundamental detrás de todas as tarefas que estou cumprindo é implementar uma estratégia de saúde conectada e meu papel é o de garantir que as terminologias estejam disponíveis para a interoperabilidade semântica (trabalho em etapas). A terminologia resguardará que cada término tenha um significado único e permanente, que não há ambiguidades nem duplicidades”.

– Quem é beneficiado com a existência de uma Terminologia Farmacêutica como a que foi impulsionada no Chile?

– O benefício é para todos os prestadores de saúde que devem prescrever, administrar ou dispensar medicamentos. Também todas as organizações que participam do processo logístico (seja comprando, licitando ou vendendo medicamentos) e os profissionais que devem gerar reportes ou informes estatísticos relacionados com fármacos. Indiretamente, também, todos os empreendimentos de tecnologia que requeiram uma linguagem standard para medicamentos, já que não terão a necessidade de criar uma própria. Existem poucos países que possuem uma terminologia para fármacos (Reino Unido, Dinamarca ou Austrália), mas continua sendo uma dimensão de inovação no mundo. Em nossa região, a primeira guia editorial (regras para a construção da terminologia) é a chilena.

– Como é possível medir esse benefício?

– As formas de medi-lo são diversas. Há organismos que atualmente pagam a consultoras externas para que “traduzam” os listados de informação relacionada com produtos farmacêuticos, custo que poderá ser evitado e que pode ser quantificado facilmente. Outra maneira de medir o impacto é ao calcular os erros de medicação ou suas consequências clínicas antes e depois de implementar seu uso.

– Para entender um pouco a situação no Chile, que diferenças há entre a estratégia SIDRA e a do Saúde Conectada? 

– A estratégia do saúde conectada não só considera os prestadores ou estabelecimentos de atendimento de saúde, senão que também espera abranger todas as organizações da área (seja que participem de processos logísticos, ou estejam relacionadas com financiamento, acreditação, vigilância). Todos aqueles que registram, armazenam ou usam informação clínica deverão estar coordenados com os demais agentes da área para intercambiar documentos ou recursos clínicos à medida que forem funcionais aos processos definidos.  SIDRA (Sistema de Informação da Rede Assistencial) é o habilitante mais importante do projeto de saúde conectada, porque permite o registro eletrônico da informação clínica nos pontos de atendimento de pacientes; ou seja, em relação com a continuidade do cuidado.

– Que balanço é feito da situação da rede RACSEL? Poderiam juntar-se outros países da região como o Brasil ou a Argentina?

A RACSEL cumpriu em facilitar um desenvolvimento regional homogêneo no que se refere à saúde eletrônica. A transferência tecnológica permitiu que a região aproveite os avanços já estabelecidos e a aprendizagem em conjunto criou ferramentas para melhorar o nível de maduração de todos os países da rede (Uruguai, Colômbia, Chile, Peru, Costa Rica), e facilita a criação de um mapa de rota eficiente para continuar avançando em saúde eletrônica. O projeto BID que sustenta o funcionamento da RACSEL tem contrapartidas dos países membros, objetivos que requerem trabalho laborioso e prazos fixos para entregar os resultados. Por esta razão, a janela para incorporar países novos só pôde acontecer no início do projeto. No entanto, as lições aprendidas podem ser aproveitadas por todos os da região e esperamos contar com uma nova etapa na que possamos incorporar os países que não chegaram a concretizar sua afiliação.

–Como se avalia o estado da saúde eletrônica na região e o que deveria ser feito para impulsioná-la?

– O desenvolvimento na região é muito heterogêneo; inclusive dentro de cada país há áreas com diferente nível de maduração. Mas isso também é uma oportunidade para avançar mais rápido, se compartilharem com generosidade as lições aprendidas. A Rede RACSEL tem contribuído para gerar uma dinâmica de intercâmbio e aprendizagem conjunta que é uma conquista importante em uma área onde os especialistas ainda são escassos. Contribuiu, acredito, para melhorar a eficiência dos recursos. Uma das maiores dificuldades de nosso continente, para a implementação de qualquer tecnologia, tem a ver com as distâncias geográficas. Como esse não é um problema nos países mais desenvolvidos, há pouca experiência para melhorar as condições de acesso. Isso, no entanto, pode ser visto como uma oportunidade para incorporar métodos de alto impacto. Por outro lado, países com tantas necessidades de desenvolvimento em múltiplas dimensões estão obrigados a ser superlativamente eficientes no uso de qualquer ferramenta e nem sempre se prioriza o gasto em tecnologia.

– Em outubro você participará do encontro HIMSS Brasil, poderia antecipar sobre o que se tratará sua apresentação?

– Apresentarei a terminologia farmacêutica chilena (TFC), e explicarei em que consiste, para que servem as regras criadas, e também a forma em que deixaremos disponível essa linguagem padronizada no Chile. Será um bom público. Por outro lado, partilharei com a audiência o compromisso que a Rede RACSEL tem com o BID para criar produtos que ficarão disponíveis como bem público regional e contarei como e quando poderão acessá-los. Pessoalmente, tenho a expectativa de gerar interesse em usar as bases dessa linguagem para criar terminologias farmacêuticas para outros países da região, aproveitando o trabalho já realizado no Chile, dado que nossos mercados são bastante similares. Se pudermos economizar anos de trabalho a países vizinhos seria fantástico.

– Por que um congresso como o da HIMSS Brasil é importante para a comunidade de eHealth latino-americana?

Trata-se de um evento respeitado, onde todos têm a expectativa de escutar experiências potencialmente úteis para suas próprias realidades. Em particular, para a América Latina é importante porque nossos países compartilham muitas características, problemas e oportunidades particulares que não ocorrem em outros continentes. Portanto, esse tipo de encontro gera um diálogo interno que permite compartilhar boas práticas que podem efetivamente ser implementadas em nossas realidades. É uma conversação que vai mais além da teoria e é, essencialmente, essa dimensão prática a que resulta atraente para os profissionais latino-americanos.

Please follow and like us: