Regulación y certificación en América Latina: ¿es necesario repensar el intercambio de información sanitaria?Regulation and certification in Latin America: is it necessary to rethink the exchange of healthcare information?Regulação e certificação na América Latina: é necessário repensar o intercâmbio de informação sanitária?

Entrevistas HIMSS Chile 2015

Por Paulina De Cesare

El concepto de Salud Digital está presente en la agenda de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). De hecho, en el marco del Plan de Acción eLAC2015 y de la Conferencia de Estadística de las Américas, el organismo viene desarrollando un set de indicadores para que los Estados de la región puedan hacer un seguimiento de la incorporación de tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en el sector sanitario.

Por su parte, la División de Desarrollo Social provee asistencia técnica para evaluar los impactos que generan las políticas y las estrategias en curso tanto en la población como en las organizaciones sanitarias.

El sociólogo Andrés Fernández∴, oficial de Asuntos Sociales y coordinador de Salud Digital de la CEPAL, revisa las políticas eHealth en Latinoamérica y analiza cómo deberían funcionar los sistemas de certificación en la región.

En América Latina se observa un creciente debate político respecto al rol de las TIC, ¿cómo impacta esta tendencia en el sector sanitario?

Hay un cambio notable respecto a seis o siete años atrás. Hoy en día no sólo hay debate técnico, sino que también hay debate político en relación a las TIC en el sector Salud. Esto ha permitido que se empiecen a reformular algunas estrategias para desarrollar proyectos; por ejemplo, ya es habitual que en seminarios sobre salud digital participen representantes del sector público de salud, cosa que antes se veía muy ocasionalmente.

Usted ha mencionado que muchos países están reformulando sus estrategias. Sin embargo, en la práctica, todavía se vislumbran algunas resistencias al cambio, ¿a qué se debe?

Los costos son una barrera importante, pero no tanto porque sean elevados en sí mismos, sino porque todavía existe un conocimiento insuficiente respecto de los beneficios que reportaría la tecnología. La capacidad de visibilizar estos beneficios depende mucho de la visión que desarrollan los países al respecto. Y dicha visión, a mi entender, debería estar enfocada en la reducción de las brechas de acceso a la salud y en las crecientes demandas que derivan del incremento de la prevalencia de las enfermedades crónicas no transmisibles.

Por ahora, muchos ministerios de salud están centrados en resolver urgencias relacionadas con sus problemas de gestión. Y está bien mirar lo urgente, pero no por ello tenemos que dejar de prestar atención a lo importante, como por ejemplo mejorar la capacidad resolutiva de la atención primaria de salud (APS).

A medida que logremos incrementar dicha capacidad resolutiva con las TIC, vamos a reducir las brechas de acceso y la presión sobre la atención hospitalaria. Pero también habría que tener en cuenta la necesidad de monitorear a los pacientes crónicos.  Y para estos propósitos las TIC son herramientas clave.

¿La preocupación sobre la privacidad de los datos clínicos condice con las acciones implementadas en materia de certificación y seguridad del paciente?

No, estamos bastante retrasados, es uno de los temas pendientes que todavía requiere de regulación. Lo mismo sucede con la identificación única de pacientes y con la transferencia de información clínica entre el sector público y el privado, que necesita un marco regulatorio.

Si no hay un buen marco regulatorio de la privacidad, siempre existe el riesgo de cruzar información de salud con información de otro tipo, que es la que tienen los pacientes.

Ahora bien, para mejorar el funcionamiento de los sistemas de información clínica, ¿no es necesario desarrollar un sistema de certificación para el sector público?

Sí, hemos visto sistemas de certificación en el sector privado porque revisten de elementos para la competencia dentro del mercado de la salud, pero en el sector público todavía es una carencia.

En el caso de desarrollar un sistema, debería predominar un enfoque de certificación basado más en resultados que en instalaciones o avances tecnológicos. Si bien es cierto que esos avances permiten mejores resultados, para el sector público es más relevante identificar cuáles son los resultados esperados y en qué medida las unidades de salud los van mejorando.

En los últimos años Chile le ha dado gran importancia al concepto de Salud Conectada a través del desarrollo de la estrategia SIDRA. ¿Qué aspectos de esta experiencia podrían tomar como referencia los países de la región?

En mi opinión, el programa SIDRA tiene un elemento que es destacable: ha sido capaz de desarrollar una mirada amplia, una visión sistémica. Y en esa visión juega un rol importante la Historia Clínica Compartida, así como el Repositorio Nacional de Datos, elementos muy relevantes para favorecer la continuidad de la atención clínica. Sin embargo, es importante avanzar en compartir datos entre el sector público y el privado, porque la gente recibe atención de ambos. Esto, insisto, debiera abordarse en la generación de un marco regulatorio porque incluye la problemática de la privacidad de la información.

∴ Andrés Fernández es sociólogo graduado de la Universidad de Chile y ha realizado un posgrado en Formulación y Evaluación de Proyectos de Inversión. Actualmente, se desempeña como coordinador de Salud Digital en la División de Desarrollo Social de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

Ha colaborado, además, con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en la formulación de la estrategia regional eHealth y en la elaboración de protocolos regionales de política pública en Telesalud en Brasil.

Editó los libros “Salud electrónica en América Latina y el Caribe: Avances y desafíos” y “Tecnologías de la información y la comunicación en el sector salud: oportunidades para reducir inequidades en América Latina y el Caribe” y coordinó la elaboración del “Manual de salud electrónica para directivos de servicios y sistemas de salud”.

Durante la Conferencia y Exhibición HIMSS Chile, Fernández participará en el panel “Certificación para Chile y América Latina”, que se llevará a cabo el 1° de diciembre.By Paulina De Cesare

The concept of Digital Health is on the agenda of the Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). In fact, as part of the Action Plan set out at eLAC2015 and the Statistics Conference of the Americas, the organization has been developing a set of indicators to help states in the region monitor the incorporation of information and communication technologies (ICT) in the health sector.

For its part, the Social Development Division is providing technical assistance to evaluate the impact of current policies and strategies on the population and healthcare organizations.

The sociologist Andrés Fernández∴, an official in Social Affairs and coordinator of Digital Health at CEPAL, is revising eHealth policies in Latin America and analyzing how certification systems should function in the region.

In Latin America, there is increasing debate over the role of ICTs, how does this trend affect the healthcare sector? 

There has been a notable change compared to six or seven years ago. Today there isn’t just a technical debate but also a political one over ICTs in the health sector. This has made it possible to reformulate some of the strategies for developing projects. For example, it is already common for representatives of the public health sector to take part in seminars on digital health participation, something that didn’t happen so much before.

You mentioned that many countries are reformulating their strategies. However, in practice, there are still examples of resistance to change. Why is this?  

Costs are a significant barrier but not so much because they are high as because there isn’t yet enough knowledge about the benefits of the technology. The ability to envision these benefits depends very much on the vision that the countries develop. I believe that it should be focused on reducing the gap in access to healthcare and increasing demand due to the prevalence of non-communicable chronic diseases.

For now, many healthcare ministries are focused on resolving needs related to administration. And it is fine to address needs but that doesn’t mean we should ignore the important things, for example improving the capacity to provide primary healthcare.

As we manage to increase this capacity with ICTs, we will reduce the gap in access and the pressure on hospital care. But we must also keep in mind the need to monitor chronic patients. ICTs are key tools in answering these challenges.

Is the preoccupation over the privacy of data commensurate with the actions implemented with regard to certification and patient safety? 

No, we’re quite far behind, it’s one of the pending issues that still requires regulation. The same is true of unique identification of patients and the transfer of clinical information between the public and private sectors, which requires a regulatory framework.

If no satisfactory regulatory framework for privacy exists, there is always the risk of mixing health information with other kinds of information; that which belongs to patients.

So, to improve the functioning of clinical information systems, don’t we need to develop a public certification  system?   

Yes, we’ve seen certification systems in the private sector because they include these elements to compete in the healthcare market but they’re still lacking in the public sector.

In the case of developing a system, the focus on certification should be based more on results than facilities or technological advances. Although it’s true that these advances make better results possible, for the public sector it is more relevant to identify the expected results and how far healthcare units are improving.  

In recent years, Chile has placed great importance on the concept of Connected Healthcare through the development of its SIDRA strategy. What aspects of this experience can be used as points of reference by other countries in the region?

In my opinion, the SIDRA program has one notable element: it has developed an extensive perspective and a systematic vision. And within this vision the Electronic Health Record plays an important role as does the National Data Repository, which are very important elements in favoring the continuity of clinical care. However, it is important to make progress with data sharing between the public and private sectors, because people receive treatment from both. That, I insist, should be approached during the creation of a regulatory framework because it includes the issue of information privacy.

∴ Andrés Fernández  is a sociologist. He graduated from the Universidad de Chile and has a post-graduate degree in Training and Evaluation of Investment Projects. Currently, he is the coordinator of Digital Health in the Social Development Division of the Economic Commission for Latin America and the Caribbean (CEPAL).

He has also worked with the Pan-American Health Organization (WHO) on the formulation of a regional eHealth strategy and the development of regional protocols for public policy on Telehealth in Brazil.

He has published the books Salud electrónica en América Latina y el Caribe: Avances y desafíos (Electronic Healthcare in Latin American and the Caribbean and Tecnologías de la información y la comunicación en el sector salud: oportunidades para reducir inequidades en América Latina y el Caribe (Information and Communication Technologies in the Healthcare Sector: opportunities to reduce inequities in Latin America and the Caribbean)  and coordinated the development of the Electronic Healthcare Manual for Directors of Healthcare Services and Systems.

At the HIMSS Chile Conference and Exhibition, Fernández will take part in the panel “Certification for Chile and Latin America,” which will take place on December 1.Por Paulina De Cesare

O conceito de Saúde Digital está presente na agenda da Comissão Econômica para a América Latina e Caribe (CEPAL). De fato, dentro do Plano de Ação eLAC2015 e da Conferência de Estatística das Américas, o organismo vem desenvolvendo um set de indicadores para que os Estados da região possam fazer um seguimento da incorporação de tecnologias da informação e da comunicação (TIC) no setor sanitário.

Por sua vez, a Divisão de Desenvolvimento Social provê assistência técnica para avaliar os impactos que as políticas e as estratégias em curso geram tanto na população como nas organizações sanitárias.

O sociólogo Andrés Fernández, oficial de Assuntos Sociais e coordenador de Saúde Digital da CEPAL, revisa as políticas eHealth na América Latina e analisa como deveriam funcionar os sistemas de certificação na região.

Na América Latina observa-se um debate político crescente com respeito ao papel das TIC. Como impacta esta tendência no setor sanitário?

Há uma mudança notável com respeito a seis ou sete anos atrás. Hoje em dia não só há debate técnico, senão que também há debate político em relação às TIC no setor Saúde. Isso permitiu que comecem a reformular algumas estratégias para desenvolver projetos; por exemplo, já é habitual que em seminários sobre saúde digital participem representantes do setor público de saúde, coisa que antes era vista muito ocasionalmente.

Você mencionou que muitos países estão reformulando suas estratégias. No entanto, na prática, ainda se vislumbram algumas resistências à mudança. A que se deve?

Os custos são uma barreira importante, mas nem tanto porque sejam elevados em si mesmos, senão porque ainda existe um conhecimento insuficiente com respeito aos benefícios que a tecnologia reportaria. A capacidade de visibilizar esses benefícios depende muito da visão que os países desenvolvem ao respeito. E tal visão, ao meu entender, deveria estar enfocada na redução das brechas de acesso à saúde e nas crescentes demandas que derivam do incremento da prevalência das enfermidades crônicas não transmissíveis.

Por enquanto, muitos ministérios de saúde estão centrados em resolver urgências relacionadas com seus problemas de gestão. E está bem olhar para as coisas urgentes, mas nem por isso temos que deixar de prestar atenção nas coisas importantes, como por exemplo melhorar a capacidade resolutiva da atenção primária de saúde (APS).

À medida que logremos incrementar essa capacidade resolutiva com as TIC, vamos reduzir as brechas de acesso e a pressão sobre o atendimento hospitalar. Mas também dever-se-ia considerar a necessidade de monitorar os pacientes crônicos.  E para esses propósitos as TIC são ferramentas-chave.

A preocupação sobre a privacidade dos dados clínicos condiz com as ações implementadas em matéria de certificação e segurança do paciente?

Não, estamos bastante atrasados, é um dos temas pendentes que ainda requer regulação. A mesma coisa acontece com a identificação única de pacientes e com a transferência de informação clínica entre o setor público e o privado, que necessita um marco regulatório.

Se não houver um bom marco regulatório da privacidade, sempre existe o risco de cruzar informação de saúde com informação de outro tipo, que é a que os pacientes possuem.

Pois bem, para melhorar o funcionamento dos sistemas de informação clínica, não é necessário desenvolver um sistema de certificação para o setor público?

Sim, vimos sistemas de certificação no setor privado porque revestem de elementos para a concorrência dentro do mercado da saúde, mas no setor público ainda é uma carência.

No caso de desenvolver um sistema, deveria predominar um enfoque de certificação baseado mais em resultados que em instalações ou avanços tecnológicos. Se bem é certo que esses avanços permitem melhores resultados, para o setor público é mais relevante identificar quais são os resultados esperados e em que medida as unidades de saúde os ajudam a melhorar.

Nos últimos anos o Chile deu uma grande importância ao conceito de Saúde Conectada através do desenvolvimento da estratégia SIDRA. Que aspectos desta experiência poderiam tomar os países da região como referência?

Na minha opinião, o programa SIDRA possui um elemento que é destacável: foi capaz de desenvolver um olhar amplo, uma visão sistêmica. E nessa visão o Prontuário Médico Compartilhado possui um papel importante, assim como o Repositório Nacional de Dados, elementos muito relevantes para favorecer a continuidade do atendimento clínico. Contudo, é importante avançar em compartilhar dados entre o setor público e o privado, porque as pessoas recebem atendimento de ambos. Isso, insisto, deveria ser abordado na geração de um marco regulatório porque inclui a problemática da privacidade da informação.

 Andrés Fernández é sociólogo graduado da Universidade do Chile e realizou uma pós-graduação em Formulação e Avaliação de Projetos de Investimento. Atualmente, desempenha-se como coordenador de Saúde Digital na Divisão de Desenvolvimento Social da Comissão Econômica para a América Latina e o Caribe (CEPAL).

Colaborou também com a Organização Pan-americana da Saúde (OPS) na formulação da estratégia regional eHealth e na elaboração de protocolos regionais de política pública em Telessaúde no Brasil.

Editou os livros “Saúde eletrônica na América Latina e no Caribe: Avanços e desafios” e “Tecnologias da informação e da comunicação na área da saúde: oportunidades para reduzir inequidades na América Latina e no Caribe” e coordenou a elaboração do “Manual de saúde eletrônica para diretivos de serviços e sistemas de saúde”.

Durante a Conferência e Exibição HIMSS Chile, Fernández participará na palestra “Certificação para o Chile e para a América Latina”, que será realizada no dia 1° de dezembro.

Please follow and like us: