Durante los últimos años, la tecnología ha tomado protagonismo en los diferentes sectores públicos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires: desde el transporte y la vialidad, hasta la salud y la cultura. Quienes se encargan de diseñar estas nuevas herramientas son aquellos que trabajan en la Subsecretaría de Ciudad Inteligente, que depende del Ministerio de Modernización porteño.
Para conocer al equipo interdisciplinario que piensa en la innovación e idea proyectos que usen la tecnología como medio para afrontar los desafíos de los ciudadanos porteños hay que llegar a una moderna y luminosa oficina de la avenida Sáenz Peña. Allí nace todo.
Fernando Benegas es abogado, conoce de marketing y cursó un MBA. Actualmente lidera Ciudad Inteligente, pero antes se desempeñó como director de Atención Vecinal y subsecretario de Atención Ciudadana, siempre dentro del gobierno de la Ciudad.
Según él, los ambientes colaborativos son el ámbito ideal para generar valor. Por eso, en busca de tendencias y proyectos inspiradores, siguió de cerca una evaluación en materia de innovación tecnológica que realizaron antropólogos y sociólogos con el fin de conocer diez ciudades más avanzadas que Buenos Aires, diez en una situación similar y diez completamente diferentes.
La definición de ciudad inteligente varía según cada urbe, sus recursos y necesidades. ¿Cómo se contempla en Buenos Aires a partir de la creación de esta nueva subsecretaría en enero de 2015?
Nosotros entendemos que las ciudades inteligentes tienen que ver con facilitarle la vida al ciudadano, es decir, acercarle más soluciones y servicios que generen una mayor igualdad de oportunidades. Como esta subsecretaría le acerca mejores prácticas a otros sectores del gobierno, generamos proyectos en conjunto todo el tiempo; somos una suerte de consultora del gobierno porteño que implementa y participa de las decisiones. Al no ser un área de asignación presupuestaria, el financiamiento proviene del Ministerio de Modernización y de la Agencia de Sistemas de Información.
La Ciudad cuenta con 33 hospitales públicos al que acuden personas de todo el país, lo que refleja una gran demanda. ¿Qué tecnologías podrían colaborar en la mejora de la calidad de atención?
Tenemos un objetivo muy fuerte: pasar de un sistema de atención espontáneo a uno programado. Estamos trabajando en conjunto con la Jefatura de Gabinete y con el Ministerio de Salud para que la gente saque turnos sin la necesidad de madrugar para hacer colas en el hospital, de la misma manera que opera la medicina privada. De esta forma, se puede priorizar a aquellas personas que por una situación compleja necesitan ser atendidos en un área especializada del hospital o, incluso, derivar a aquellos que no necesiten de un segundo nivel de atención a los diferentes Centros de Atención Primaria que operan en la Ciudad.
Para esto, abrimos una central telefónica a través de la cual se pueden solicitar turnos y construimos una plataforma online con la misma finalidad. Entre enero y julio de 2015, otorgamos más de sesenta mil citas a través de estos canales. Y hace poco lanzamos una aplicación móvil para que todos los afiliados a la cobertura porteña puedan conectarse con su médico referente, ver su agenda y gestionar turnos.
¿El hecho de programar turnos no implica el riesgo de que los pacientes no se presenten a la consulta?
Sí, esa fue una decepción que nos llevamos cuando comenzamos con el sistema programado. La gente falta porque no tiene conciencia de lo que genera: pérdida de tiempo y de plata. Entonces nos propusimos trabajar en esa alta tasa de ausentismo, en principio analizando estadísticas, y notamos que las faltas varían según la especialidad médica y la anticipación con la que se da el turno. Luego, comenzamos a enviar recordatorios: en cuanto el paciente saca un turno, le llega un mail con los datos del mismo y se le ofrece la opción de cancelarlo. Cinco días antes del turno, le llega otro correo con el mismo contenido y 24 horas antes de la consulta le enviamos un SMS a su celular. Con estas medidas el ausentismo comenzó a disminuir y la comunidad médica comprobó el interés que tenemos.
En este proyecto tenemos dos desafíos: el técnico y el cultural. El primero es el más fácil y está resuelto, tenemos un área de desarrollo y buenos proveedores nacionales e internacionales. Pero en la mayoría de los casos nos encontramos con desafíos culturales. Es un reto que los médicos expongan su propia agenda y que los pacientes, a su vez, confíen en que les conviene sacar un turno con dos semanas de anticipación que acercarse al hospital a las cuatro de la mañana a hacer cola. Todo esto significa un cambio cultural muy grande.
¿Están desarrollando otras aplicaciones móviles?
Sí, estamos diseñando y programando varias, pero todavía no tenemos una fecha de lanzamiento oficial. Estamos trabajando en una que permitirá sacar turnos a todos los ciudadanos, no sólo a los afiliados al sistema de cobertura porteña. También estamos estudiando qué flujo tendría y qué información debería incluir una app para embarazadas.
A más largo plazo queremos construir una app para celíacos, donde se informaría qué productos pueden consumir y dónde pueden comprarlos. Hace poco hicimos un concurso de ideas y dos chicas con discapacidad presentaron la idea de una app que aborde la problemática y los desafíos de las personas con discapacidades; ganaron el tercer puesto y ya estamos más avanzados en su realización, por lo pronto sabemos que contará con información aportada tanto por el gobierno como por los usuarios.
Por otro lado, y fuera de las aplicaciones, estamos trabajando en el envío de resultados de laboratorio por mail.By Paulina De Cesare
In recent years, technology has started to play a major role in different public sectors of Buenos Aires: from transport and traffic to healthcare and culture. The people designing these new tools work at the Underministry for the Intelligent City, part of the Buenos Aires government’s Ministry of Modernization.
To find out more about the interdisciplinary team thinking up new innovations and projects that use technology as a means of addressing the challenges of the citizens of Buenos Aires one must go to a bright, modern office on Avenida Sáenz Peña. That’s where it all begins.
Fernando Benegas is a lawyer, has experience in marketing and took an MBA. He currently leads the Intelligent City department but before he was the director of Neighborhood Services and Undersecretary of Citizens Services at the city government.
He says that collaborative environments create the ideal atmosphere for generating value. So, in search of inspiring trends and projects, he has been closely following anthropologists and sociologists’ evaluations of technological innovations to learn more about ten cities more advanced than Buenos Aires, ten that are in a similar situation and ten that are completely different.
The definition of an intelligent city varies depending on the urban area in question and its resources and needs. How has it been seen in Buenos Aires since the creation of this new Underministry in January 2015?
We believe that intelligent cities are related to facilitating the lives of the citizenry, i.e., bringing them more solutions and services that create greater equality of opportunity. Like this Underministry, which brings better practices to other sectors of government and we generate joint projects all the time. We are a kind of consultancy for the Buenos Aires government that both implements and takes part in decisions. As it is not a department with an assigned budget, the financing comes from the Ministry of Modernization and the Systems Information Agency.
The city has 33 public hospitals that are used by people from all across the country, which means that there is huge demand. What technologies could help to improve the quality of care?
We have a very important objective: to shift from a model of spontaneous care to scheduled care. We are working with the Head of Cabinet and the Ministry of Health to help people make appointments so that they don’t have to get up early to queue at the hospital, working in the same way that private medicine functions. This way, we can prioritize people who have more complicated conditions that need to be treated in a specialized area of the hospital or even refer those who don’t require a second level of care to different Primary Care Centers that operate across the City.
To do this, we have opened a telephone center through which one can make appointments and we have built an online platform for the same reason. Between January and July 2015, we made over sixty thousand appointments via those channels. And a little while ago we launched an online application so that every member of the Buenos Aires system can connect to their head doctor, see their schedule and make appointments.
Doesn’t an appointment system run the risk of patients not turning up for their appointments?
Yes, that was a disappointment we had when we began with the scheduled system. People don’t go because they don’t know all the work they’re generating: a loss of time and money. So we decided to work on the high rate of absenteeism at first by analyzing the statistics. We noticed that the absences varied by medical specialty and how far in advance the appointment was made. Then we started to send reminders: when the patient makes their appointment they receive an email with all the data on it and is given the option of cancelling it. Five days before the appointment they get another email with the same information and 24 hours before we send a text to their cellphone. With these measures absenteeism began to reduce and the medical community realized how dedicated we are to the system.
In this project we have two sets of challenge: technological and cultural. The former is easier to deal with and has been resolved, we have a research area and good national and international suppliers. But in the majority of cases we meet with cultural challenges. It is a challenge for doctors to publish their schedule and for patients in turn to believe that it’s in their interests to make an appointment two weeks in advance rather than going to the hospital to queue at four in the morning. That is a very big cultural change.
Are you developing other mobile applications?
Yes, we are designing and scheduling several, but we don’t yet have a date for the official launch. We are working on one that makes it possible to schedule appointments for every citizen, not just those that are signed up for Buenos Aires coverage. We are also studying the work flow and information that would be useful in an app for pregnant women.
In the longer term, we want to build an app for coeliacs, which provides information about the products that can be consumed and where they can be bought. A little while ago we held a competition for ideas and two girls with disabilities entered the idea of an app that addresses the problems and challenges of people with disabilities; they won third prize and we are already quite far along in terms of its development, for now we know that it will contain information provided by both users and the government.
In addition, apart from the applications, we are working on sending laboratory results by email.Por Paulina De Cesare
Durante os últimos anos, a tecnologia obteve protagonismo nos diferentes setores públicos da Cidade Autônoma de Buenos Aires: desde o transporte e a viabilidade, até a saúde e a cultura. Aqueles que se encarregam de projetar estas novas ferramentas são aqueles que trabalham na Subsecretaria do Cidade Inteligente, que depende do Ministério de Modernização portenha.
Para conhecer a equipe interdisciplinar que pensa na inovação e idealiza projetos que usem a tecnologia como meio para enfrentar os desafios dos cidadãos portenhos há que chegar a uma moderna e luminoso escritório da avenida Sáenz Peña. Ali nasce tudo.
Fernando Benegas é advogado, tem conhecimento de marketing e cursou um MBA. Atualmente lidera o “Ciudad Inteligente”, mas antes desempenhou-se como diretor de Atendimento Vicinal e subsecretário de Atendimento Cidadão, sempre dentro do governo da Cidade.
Segundo ele, os ambientes colaborativos são o ambiente ideal para gerar valor. Por isso, à procura de tendências e projetos inspiradores, acompanhou de perto uma avaliação em matéria de inovação tecnológica que antropólogos e sociólogos realizaram a fim de conhecer dez cidades mais avançadas que Buenos Aires, dez em uma situação similar e dez completamente diferentes.
A definição de cidade inteligente varia de acordo com cada urbe, seus recursos e necessidades. Como é contemplada em Buenos Aires a partir da criação desta nova subsecretaria em janeiro de 2015?
Nós entendemos que as cidades inteligentes têm a ver com facilitar a vida ao cidadão, ou seja, trazer-lhe mais soluções e serviços que gerem uma maior igualdade de oportunidades. Como esta subsecretaria aproxima melhores práticas a outros setores do governo, geramos projetos em conjunto todo o tempo; somos uma espécie de consultora do governo portenho que implementa e participa das decisões. Ao não ser uma área de designação orçamentária, o financiamento provém do Ministério de Modernização e da Agência de Sistemas de Informação.
A Cidade possui 33 hospitais públicos ao qual recorrem pessoas de todo o país, o que reflete uma grande demanda. Quais tecnologias poderiam colaborar na melhora da qualidade de atendimento?
Temos um objetivo muito forte: passar de um sistema de atendimento espontâneo a um programado. Estamos trabalhando em conjunto com a Chefatura de Gabinete e com o Ministério de Saúde para que as pessoas marquem consultas sem a necessidade de madrugar para fazer filas no hospital, da mesma maneira que a medicina privada opera. Desta forma, é possível priorizar aquelas pessoas que por uma situação complexa precisam ser atendidos em una área especializada do hospital ou, inclusive, derivar aqueles que não precisem de um segundo nível de atendimento aos diferentes Centros de Atenção Primária que operam na Cidade.
Para isso, abrimos uma central telefônica através da qual é possível solicitar horários e construímos uma plataforma online com a mesma finalidade. Entre janeiro e julho de 2015, outorgamos mais de sessenta mil encontros através desses canais. E há pouco tempo lançamos um aplicativo móvel para que todos os afiliados à cobertura portenha possam conectar-se com seu médico referente, ver sua agenda e administrar consultas.
O fato de programar turnos não implica o risco de que os pacientes não compareçam à consulta?
Sim, essa foi uma decepção para nós quando começamos com o sistema programado. As pessoas faltam porque não têm consciência do que geram: perda de tempo e dinheiro. Então nos propomos trabalhar nessa alta taxa de ausentismo, em princípio analisando estatísticas, e notamos que as faltas variam segundo a especialidade médica e a antecipação com a que a consulta é proporcionada. Logo, começamos a enviar lembretes: assim que o paciente marca um horário, chega um e-mail com os dados do mesmo e lhe é oferecida a opção de cancelá-lo. Cinco dias antes da consulta, chega outro e-mail com o mesmo conteúdo e 24 horas antes da consulta lhe enviamos um SMS ao seu celular. Com essas medidas o ausentismo começou a diminuir e a comunidade médica comprovou o interesse que temos.
Neste projeto temos dois desafios: o técnico e o cultural. O primeiro é o mais fácil e está resolvido, temos uma área de desenvolvimento e bons provedores nacionais e internacionais. Mas na maioria dos casos nos encontramos com desafios culturais. É um desafio que os médicos exponham sua própria agenda e que os pacientes, por sua vez, confiem em que lhes convêm marcar uma consulta com duas semanas de antecipação ao invés de dirigir-se até o hospital às quatro da manhã para fazer fila. Tudo isso significa uma mudança cultural muito grande.
Estão desenvolvendo outros aplicativos móveis?
Sim, estamos armando e programando várias, mas ainda não temos uma data de lançamento oficial. Estamos trabalhando em uma que permitirá marcar consultas a todos os cidadãos, não só aos afiliados ao sistema de cobertura portenha. Também estamos estudando que tipo de fluxo teria e que informação deveria incluir um app para grávidas.
Em um prazo mais longo queremos construir um app para celíacos, onde se informaria que produtos podem consumir e onde podem comprá-los. Há pouco tempo fizemos um concurso de ideias e duas garotas com necessidades especiais apresentaram a ideia de um app que aborde a problemática e os desafios das pessoas com necessidades especiais; ganharam o terceiro lugar e já estamos mais avançados em sua realização, por enquanto sabemos que contará com informação proporcionada tanto pelo governo como pelos usuários.
Por outro lado, e fora dos aplicativos, estamos trabalhando no envio de resultados de laboratório por e-mail.
«No atendimento à saúde, queremos passar de um sistema de atendimento espontâneo a um programado»
