Por Matías A. Loewy
“Google y Amazon son tan buenas porque usan de inmediato los datos que obtienen. Y me resulta chocante que el sector de salud no lo haga”. Quien lo afirma, Udi Manber, sabe de lo que habla: nacido en Israel y doctorado en ciencias de la computación en la Universidad de Washington, trabajó en compañías y sitios de la talla de Google, Amazon y YouTube antes de mudarse a comienzos de 2017 a la Universidad de California en San Francisco (UCSF), donde es profesor adjunto y dirige el área de Transformación Digital del Departamento de Medicina.
Manber fue uno de los participantes de un panel celebrado en San Francisco en el marco del X Congreso Mundial de Periodismo Científico, y que puso de manifiesto tanto las falencias como las oportunidades de la transformación digital en el sector.
“Los datos existen, pero es increíblemente difícil acceder a ellos”, sostuvo Manber. De acuerdo con el especialista, para el diseño de los sistemas de información clínica (hoy en el mercado) no hubo suficiente diálogo entre los expertos en computación y los profesionales de la salud. “Mi esperanza es que eso se pueda resolver antes de que sea demasiado tarde. Pero estoy realmente preocupado de que ya lo sea. Es como el teclado QWERTY, que fue diseñado a propósito para ser ineficiente y escribir lento [en 1863] y ahora está tan instalado que no se puede cambiar. Cuando tienes muchos médicos haciendo las cosas de determinada manera, es muy difícil modificarlo”, advirtió.
Para otro de los expositores, Robert Wachter, médico, jefe del Departamento de Medicina de la UCSF y autor del libro “The Digital Doctor: Hope, Hype and Harm at the Dawn of Medicine’s Computer Age” (2015), el problema de raíz es cómo digitalizar la información de salud y conectar a todas las partes. “Pero, más importante que todo, es cómo usamos esos datos para cambiar el diagnóstico, la prevención, el comportamiento de la gente, el tratamiento de infartos y otras patologías, o la realización de la investigación clínica”, señaló.
“Soy moderadamente optimista de que la transformación digital en medicina va a traer una mejoría marcada de la manera en que atendemos a la población y en la salud de los pacientes. Pero también estoy decepcionado por cómo las cosas salieron tan mal hasta ahora”, señaló.
La tercera panelista, Julia Adler-Milstein, doctorada en políticas de salud de la Universidad de Harvard y directora del nuevo Centro de Informática Clínica e Investigación de la Mejora (CLIIR) de la UCSF, resaltó las enormes posibilidades que se abren a partir del acceso y uso oportuno de los datos.
“Hoy, cuando individuos y médicos toman decisiones de salud, la mayoría tiene una computadora o un dispositivo en frente de ellos. Y eso representa una oportunidad de influir en el pensamiento y en la toma de decisiones como nunca tuvimos antes”, enfatizó Adler-Milstein. “La pregunta es: ¿qué va a pasar cuando toda la información que se está generando sea computable? Puede ser compartida e integrada a los dispositivos al lado de la cama del paciente e influir en la decisión clínica. Es una oportunidad excitante de proveer, en todo momento, atención de salud basada en la última evidencia”.
Pero para que la transformación digital llegue a buen puerto, los expertos coincidieron en la necesidad de considerar en el diseño de los sistemas la perspectiva de los médicos y otros profesionales de la salud. “Se necesita un conocimiento del sector salud muy específico. Tienes que entender el proceso de cómo el médico indica una medicación, cómo lo recibe la farmacia, qué hace el farmacéutico, todo ese tipo de cosas”, remarcó Wachter.
Y agregó: “Muchas startups y grandes empresas, como Google, Facebook, Apple, Amazon y Twitter, saltaron al sector salud y sintieron que podían arreglarlo. Pero todas fracasaron. Resultó ser un problema mucho más complejo de lo que se pensaba”.