Por Guido Giunti*
El mundo ha cambiado. Y es claro el nivel de penetración que ha tenido la tecnología en nuestra sociedad en tan corto tiempo. Lo que no es tan claro es qué tan listo estaba un estudiante de medicina del 2005 para el mundo en el que le tocó ejercer en el 2020.
Una publicación reciente en el British Medical Journal destacó la urgencia de que los futuros profesionales sanitarios tengan habilidades y conocimientos tecnológicos, y hasta el National Health Service del Reino Unido ha reportado sobre esta necesidad. Es difícil que pase un año sin que algún medio masivo como Forbes o TechCrunch publique una nota sobre cómo la salud digital es el futuro de los sistemas sanitarios. Sin embargo, ¿qué estamos haciendo para preparar a los futuros médicos para ese mundo del mañana?
En un estudio llevado a cabo por investigadores de Argentina, España y Croacia, se revisaron los programas de todas las universidades de los países miembros de la Unión Europea en busca de la presencia de cursos de formación en nuevas tecnologías para estudiantes de medicina. Sorprendentemente, menos de un tercio de todas las facultades de medicina en Europa ofrece algún tipo de formación en nuevas tecnologías.
La práctica médica está cambiando radicalmente en todo el mundo gracias a los distintos avances tecnológicos. El potencial que tiene una historia clínica electrónica comparado con el registro en papel es abismal: análisis inteligentes con miles de factores e indicadores en simultáneo, integración de datos de sensores móviles, sistemas recomendadores que apoyen nuestras decisiones, etc. Las ventajas no son pocas y sin embargo estamos muy lejos de esa salud del futuro. La transición del papel a lo digital no ha terminado y en muchos casos el proceso no ha sido nada sencillo.
Sin embargo, como muestra el estudio mencionado anteriormente, poco hemos estado haciendo para formar esta nueva generación de profesionales. La International Medical Informatics Association (IMIA) propone una serie de recomendaciones que sería bueno tener en cuenta a la hora de actualizar el curriculum de las carreras médicas. Por ejemplo, la IMIA sugiere que la formación en informática en salud abarque no sólo médicos, sino también a las diversas profesiones de atención médica, otorgando un lugar y rol para cada una de ellas; que se utilicen diferentes metodologías de aprendizaje para fomentar educación, combinando enfoques teóricos con prácticos; que haya diferentes alternativas según el grado de especialización, habiendo opciones para usuarios casuales y quiénes quieran desarrollarse con mayor profundidad; y finalmente, que los responsables de los contenidos y docencia cuenten con la formación y competencia del área.
En Latinoamérica ha habido cierto progreso en este aspecto, con iniciativas como la Residencia Interdisciplinaria en Sistemas de Información en Salud de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina o la del Hospital Italiano (HIBA); también con el Magíster en Informática Médica de la Universidad de Chile. País en donde, por ejemplo, el Centro Nacional en Sistemas de Información en Salud (CENS) realiza actividades para fomentar la discusión de estas temáticas a través de meetups gratuitos en los cuales se ahondará en los desafíos y oportunidades de la salud digital en Chile y Latinoamérica.
La literatura científica está poblada de artículos en dónde se muestra que uno de los mayores obstáculos a la adopción de las nuevas tecnologías en salud tiene que ver con la falta de capacitación y conocimiento de las mismas. Y si hay algo que la actual crisis del coronavirus ha puesto en evidencia es que la necesidad de actualizar los sistemas de salud es clave.
El mundo ha cambiado. ¿Y nosotros para cuándo?
* Guido Giunti es médico especializado en Salud Digital con experiencia en innovación aplicada al paciente. Fue Investigador en Informática Médica en el Hospital Italiano de Buenos Aires y co-fundador del evento TEDx de la Universidad de Buenos Aires, Argentina, Colaborador en iMedicalApps.com y editor del Journal of Medical Internet Research – Serious Games. Actualmente, es Medical Advisor en la empresa de intervenciones digitales Salumedia Tecnologías, España y se encuentra realizando su doctorado en el uso de tecnologías persuasivas y gamification para generar hábitos saludables en pacientes crónicos en la Universidad de Oulu, Finlandia. Su trabajo e investigación está financiado por el programa de investigación e innovación Horizonte 2020 de la Unión Europea en virtud del acuerdo de subvención Marie Skłodowska-Curie nº 676201.
