Fundación Cardioinfantil: líder en la transformación digital en LatinoaméricaFundación Cardioinfantil: leader in digital transformation in Latin AmericaFundación Cardioinfantil: líder em transformação digital na América Latina

Casos de éxito

Cuando sus fundadores, los médicos, dieron vida en 1973 a la Fundación Cardioinfantil en Bogotá, no imaginaron que aquella obra que nació con el modesto propósito de ayudar a niños de escasos recursos con enfermedades cardíacas, terminaría convertida en una de las clínicas de alta complejidad para adultos y niños más prestigiosas del país y de Latinoamérica. Buena parte de este prestigio lo ha conseguido por las inversiones que sus directivos han dedicado a fortalecer las innovaciones tecnológicas y de infraestructura que superan los USD 30 millones.

«Uno de nuestros objetivos institucionales ha sido destacarnos por la excelencia clínica a nivel nacional e internacional, no solo buscando el mejor talento humano, la mejor tecnología y una infraestructura óptima para poner siempre en primer lugar la salud de nuestros pacientes, sino volviéndonos eficientes a partir de los recursos con los que ya cuenta la Fundación Cardioinfantil», asegura Santiago Cabrera, director Ejecutivo de la FCI.

El Hospital de alta complejidad cuenta con 337 camas, 6 unidades de cuidado intensivo, 10 salas de cirugía, mil médicos y 850 enfermeras.  Ofrece 53 especialidades médicas con énfasis en alta complejidad: medicina cardiovascular, neurociencias, trasplantes, ortopedia, clínica de columna y hospital pediátrico.

Cuenta además con un edificio inteligente exclusivo para la atención de pacientes cardiovasculares. «En total son 78 mil metros cuadrados con alto estándar de infraestructura y tecnología de punta», según describe Mario Salazar, funcionario del servicio administrativo.

 La transformación digital

 Según el doctor Sinay Arévalo Leal, CMIO y director de Innovación y Planeación de la institución, las estrategias para la transformación digital implementadas en la institución brindan resultados tangibles y efectivos que redundan en la mejor prestación del servicio de salud al paciente, en modelos administrativos más eficientes, y en la optimización del talento humano representado en el personal médico.

“Creemos que la auténtica transformación digital debe centrarse en las necesidades de los pacientes, de las organizaciones y de los profesionales, y así ajustar la tecnología necesaria, disponible”, afirma y agrega: “Por eso, cuando hablamos de transformación digital no nos referimos sólo a que los procesos administrativos o de gestión o asistenciales utilicen las TIC como herramientas que mejoren su productividad”.

“El rol del paciente experto y activado es fundamental en el diseño tecnológico. Desde facilitar su opinión y pedir su colaboración, hasta situarlo al mismo nivel que los desarrolladores de soluciones y llegar a darle la mejor experiencia”, apunta Arévalo, quien además asegura que, con mayor tecnología, aumentan las posibilidades de gestión de los pacientes y de lograr su adaptación a las enfermedades con una mejor experiencia y a unos costos razonables.

Desde hace algunos años, los directivos de la Fundación decidieron implementar un plan estratégico basado y apoyado en tecnología, con el propósito de garantizar la calidad de los procesos, la seguridad del paciente, así como cumplir con los estándares internacionales evaluados por la Joint Commission International (JCI), entre otras certificaciones.

“El apropiado uso de la tecnología, más el acompañamiento humano de nuestros profesionales a los pacientes y sus familias, nos ha permitido el reconocimiento nacional e internacional como pioneros en la atención de calidad y seguridad”, afirma el doctor Santiago Cabrera.

Haber cumplido con los estándares definidos por los organismos internacionales de control en salud como la Organización Mundial de la Salud, que evalúa la seguridad del paciente a nivel institucional, además de la acreditación de la Joint Commission, le ha permitido a la FCI obtener el Premio Oro a la Excelencia, otorgado por la Federación Internacional de Hospitales, gracias a su programa social ‘Regale una vida’, que beneficia a niños colombianos de escasos recursos enfermos del corazón.

Evaluación de seis metas internacionales

 

La FCI se somete a la evaluación de seis metas internacionales referentes a la seguridad del paciente, tal como explica el Doctor Gonzalo Vega:

La primera de esas metas reconocidas es la identificación correcta de los pacientes, mediante una manilla electrónica que facilita el proceso de atención, detalla el tratamiento asignado y mejora el proceso de dispensar medicamentos.

Los códigos de barras que van impresos en estas manillas le ayudan al equipo médico a prevenir errores de medicación al paciente.

Para mejorar la seguridad de los medicamentos de alto riesgo, las Unidades de Cuidados Intensivos disponen de dispensadores automatizados debidamente marcados para el reconocimiento y suministro de medicamentos. Estos cuentan con un control biométrico y códigos de barras que minimizan las posibilidades de errores y optimizan el inventario de los insumos médicos.

Este sistema biométrico ha permitido reducir errores a través de una verificación más precisa al suministrar medicamentos a los pacientes. Y ha logrado que la FCI sea reconocida como una institución que garantiza una cirugía segura.

Otro de los esfuerzos que se le reconoce a la institución es la reducción del riesgo de infecciones asociadas a la atención en salud. Para conseguirlo, todas las rutinas de desinfección y administración adecuada de medicamentos a través de dispositivos y procedimientos invasivos son controladas por parte de los profesionales de la institución por medio de listas de chequeo destinadas a supervisar exhaustivamente el proceso de evolución de los pacientes.

La clínica también ha conseguido disminuir el riesgo de daño al paciente por caídas, gracias al uso de herramientas tecnológicas como las barreras de seguridad, que incluso le han valido el reconocimiento de la Asociación de Enfermeras Canadienses.

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