Durante el primer día del evento, que tiene como eje la innovación, sostenibilidad y resiliencia, varios referentes de distintos países de la región discutieron sonbre la transformación digital en la salud y la atención en América Latina más allá de la pandemia de COVID-19. “Estamos ante la mejor oportunidad para consolidar y potenciar los beneficios de la salud digital, buscando el acceso y la democratización de los servicios de salud”, dijo uno de los participantes de la conferencia inaugural.
Por Rocío Maure
“La gran oportunidad es llegar al sueño del acceso y cobertura universal de la salud, eso nos permite la transformación digital”, afirmó como promesa Marcelo D’Agostino, Asesor Senior de Sistemas de Información y Salud Digital de la OPS y OMS. En el panel “La transformación digital: desafíos y oportunidades para los sistemas de salud”, los 4 expositores reconocieron que nos encontramos en un contexto mundial muy positivo para la ejecución de actividades relacionadas con la salud digital. “La pandemia nos ha permitido potenciar el uso de tecnologías y visualizar más allá de esta situación para mejorar la calidad de vida de las personas, así como la seguridad y oportunidad de la atención médica”, afirmó Manuel Rodríguez Arce, Director del Expediente Digital Único en Salud de la Caja Costarricense de Seguro Social. Este referente destacó la importancia de la gobernanza de los sistemas de salud digital, ya que “no podemos visualizar servicios de salud aislados, tenemos que pensar una estrategia global e integrar la información de los diferentes prestadores de servicios; la gobernanza nos obliga a tener estrategias con un enfoque nacional”.
Desde Chile, la Dra. María José Letelier, Jefa del Departamento de Salud Digital de la Subsecretaría de Redes Asistenciales del Ministerio de Salud, consideró que uno de los retos es “estar en contacto con la red asistencial para ver lo que ellos necesitan y trabajar en relación con las necesidades reales”. También puso el foco en la importancia de tener una identificación unívoca del paciente, que el mundo digital es más problemático que en el presencial. Tanto en Chile como en Perú, la geografía tiene un papel muy importante en el acceso a la salud debido a los lugares aislados o las largas distancias que se deben recorrer hasta encontrar atención clínica. Por eso, los nuevos sistemas y tecnologías representan una gran oportunidad. Marushka Chocobar, Secretaria de Gobierno y Transformación Digital de Perú, hizo hincapié en que se deben resolver los retos de acceso a la conexión de los pacientes para democratizar el acceso a la salud. “Podemos potenciar las tecnologías disponibles, más antiguas, con las nuevas. Por ejemplo, el año pasado nos unimos las 4 empresas de telecomunicaciones, el estado y una empresa de tecnología para aprovechar la tecnología de códigos cortos que se utiliza a través de los celulares. Este sistema no necesita acceso a internet ni saldo para llamar, y así pudimos llegar a todos los celulares para realizar una encuesta nacional sobre COVID-19”, ilustró.
Con un panorama más amplio de la región y a partir de análisis de madurez de la OPS, D’Agostino señaló la importancia de entender las necesidades reales. “Una falencia fundamental es creer que una solución se aplica a todos los países; cada realidad es diferente”, afirma. En esa línea, el referente costarricense afirmó que “hay que afinar el modelo de prestación de servicios, detectar las necesidades puntuales de los usuarios, promover la cultura digital y traducir esos esfuerzos en políticas públicas, mientras maduramos en la arquitectura técnica de los sistemas de salud”. Por su parte, en Perú el gobierno “busca espacios de innovación digital abierta, donde la ciudadanía sea la protagonista”, explicó Chocobar, y trabaja a la par de los gobiernos regionales y locales, además de con cooperación internacional el reconocimiento transfronterizo para reconocer los certificados de vacunación. “Como parte de la innovación digital, destacamos el reconocimiento transfronterizo de identidad digital para tener carnés de vacunación y así reactivar las economías de manera más rápida”, añadió.
“Hoy no hay un solo ministerio de Salud que no quiera implementar un proceso de transformación digital, y hay una aceptación mucho más amplia al trabajo interdisciplinario, un reconocimiento del altísimo grado de especialización necesario”, concluyó D’Agostino, quien invitó a los países de la región a “transformar estas acciones en políticas públicas sólidas y sostenibles, trabajar con el concepto de que la conectividad y el ancho de banda son determinantes de la salud y asegurar la educación para seguir avanzando”.
Para articular distintas instituciones y regiones, la interoperabilidad juega un papel esencial. La Dra. Letelier, dijo que “los estándares como Fhir nos permiten que la interoperabilidad sea cada vez más simple. Ahora debemos mejorar las competencias dentro de los países, aún nos faltan muchos profesionales capacitados para desarrollar sistemas que permitan interoperar, para utilizar nuevas tecnologías que están disponibles”. Además, la referente chilena insistió en que los países latinoamericanos deben asegurar las condiciones necesarias para que los expertos quieran permanecer en la región y no migrar a otros países. “Quienes trabajamos en salud digital deberíamos entender en qué fallamos, ser autocríticos. Treinta años después aún tenemos el desafío de la interoperabilidad cuando otros sectores ya lo lograron. Debemos aprender de otros sectores, brindar una respuesta multisectorial e interdisciplinaria”, agregó D’Agostino.
La interoperabilidad como clave
El siguiente panel “Estado de la Interoperabilidad en Latinoamérica” estuvo completamente dedicado a este tema, y el Dr. Alejandro López Osornio, Consultor en el Centro de Implementación e Innovación en Políticas de Salud (CIIPS) y Ex Director Nacional de Sistemas de Información en Salud del Ministerio de Salud de Argentina, explicó que “hay un interés de los gobiernos por definir las estrategias públicas acompañado por una maduración de la tecnología, cada vez hay estándares más simples de implementar y soluciones que facilitan el despliegue”. Como ejemplo, destacó las herramientas de SNOMED gratuitas para todos los países miembro: “no estamos lejos de que países como Chile, Argentina y Uruguay puedan intercambiar documentos electrónicos basados en documentos abiertos. Así como ahora estamos trabajando con los certificados de vacunas, se podría hacer con un resumen del paciente con la información principal”.
El Ing. Pablo Orefice, Consultor Internacional en Salud Digital del BID y Ex Director de Salud.uy en la AGESIC de Uruguay, destacó que en todo el continente ya hay 8 países que tienen un plan estratégico de transformación digital en salud o una agenda digital ya aprobada o en curso. “Una estrategia país es necesaria para llevar adelante procesos de políticas públicas. Necesitamos un proceso de creación de ecosistemas para la transformación, necesitamos equipos armados, presupuestos asignados, generar talento humano”, agregó. El Dr. Osornio también expresó que los gobiernos tienen un rol fundamental para definir el estándar que va a utilizar el país y así trazar el camino. “Los beneficios de los estándares se ven a mediano plazo, no solo para quien hace la inversión para implementarlo. Hemos observado que funciona bien que los gobiernos ofrezcan incentivos financieros para destrabar el proceso de adopción”, detalló.
En cuanto a casos de éxito concretos, Mauricio Parra Trillos, Consultor en Salud Digital y ex Asesor de la iniciativa TIC y SALUD del MinTIC de Colombia, afirmó que “a nivel de inversión, la interoperabilidad es el mayor detonante de los otros componentes de la salud digital”. Un país con más de 50 millones de personas, más de 40 mil prestadores de salud y una agenda digital nacional es un gran exponente para determinar los principales retos actuales. “Estamos ante 3 importantes retos de interoperabilidad en Colombia: la adopción de estándares internacionales; el dominio cultural y la falta de cultura digital; y la falta de asignación de presupuesto. Es fundamental pensar en sistemas de información interoperables, no solo la HCE. El 89% de los datos de salud están fuera de los Sistemas Clínicos y son necesarios para el abordaje de la medicina preventiva, predictiva, personalizada, participativa y personal”, explicó el referente colombiano. “La interoperabilidad no debe ser vista como un tema técnico, sino como un tema funcional que gira en torno al paciente y añade valor a la información, generación de nuevo conocimiento, fuente para la investigación. Es una necesidad, los líderes deben creer en este proyecto para impulsarlo”, concluyó Parra Trillos.
Por su parte, Chile ostenta un caso de éxito de interoperabilidad en el Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente. José Balmaceda, Jefe de la Unidad de Desarrollo Informático de dicho servicio, relató su experiencia desde el mayor servicio de salud del país que cuenta con más de 1 millón de usuarios. Esta red integrada de establecimientos necesita articular las distintas herramientas, por ejemplo, el Registro Clínico Electrónico de cada unidad. “La estrategia se llama Visor Información Abreviada del Usuario (VIAU), y no es una historia clínica compartida porque no almacena información, sino que es información en línea y estandarizada para uso primario de la información”, ilustró el especialista chileno. “La transformación digital está para quedarse, para avanzar solo hay que dar el paso, aunque sea a nivel local para que sea funcional y todos confíen en que la interoperabilidad es posible”, concluyó.