La tecnología de teléfonos móviles se presenta como una solución para los desafíos sanitarios que enfrenta el mundo en desarrollo. Sin embargo, faltan estudios rigurosos que comprueben la funcionalidad de esta tecnología en contextos de ingresos bajos y medios -donde los expertos coinciden en que las iniciativas de salud móvil (mHealth) tienen gran potencial-.
Recientemente se han llevado a cabo dos monitoreos sistemáticos, coordinados por Caroline Free, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, Reino Unido. Y la conclusión es contundente: la mayoría de la evidencia existente sobre el éxito de los esquemas de salud móvil es de baja calidad y proviene de ensayos realizados en países desarrollados.
En este sentido, por ejemplo, de los 75 ensayos que buscaron evaluar si las intervenciones de tecnología móvil podrían cambiar la conducta de salud de los pacientes o mejorar el manejo de enfermedades, sólo tres se realizaron en países en vía de desarrollo. Es más, ninguno de los 42 ensayos de intervenciones diseñadas para apoyar la comunicación entre los proveedores de cuidados de salud o entre los servicios sanitarios y los usuarios se realizaron en el mundo en desarrollo.
Por lo general se considera que los teléfonos celulares permiten vigilar los brotes de polio, controlar enfermedades, asistir a diabéticos y embarazadas, acompañar a los trabajadores rurales de la salud, acelerar el diagnóstico de VIH y malaria y tomar y transferir imágenes médicas. De hecho, estudios anteriores han probado que los mensajes de texto mejoran la adherencia a tratamientos contra el VIH en Kenia, aunque no lo lograron en Camerún.
Pero los monitoreos coordinados por Caroline Free hallaron que, para el manejo de enfermedades, sólo dos aplicaciones de salud móvil tienen beneficios validados. “Nuestra revisión sistemática muestra que hay buena evidencia de que las intervenciones con mensajes de texto pueden aumentar la adherencia a la medicación antirretroviral y la cesación de tabaquismo”, afirmó Free. Y agregó: “Los efectos de las intervenciones basadas en teléfonos móviles parecen prometedoras en algunas otras áreas, pero se requieren más ensayos de alta calidad para establecer sus efectos.”
Queda claro: el informe exige rigurosos ensayos adicionales de las intervenciones sanitarias móviles, especialmente en entornos de ingresos bajos y medios -donde el grupo de control de ‘cuidado estándar’ podría ser muy diferente al disponible en países de altos ingresos-.
Fuente: SciDevNet
Foto: Flickr/DFID