Por Axel Barceló
Sillicon Valey es mundialmente conocido como la meca de la innovación tecnológica. Durante el mes de febrero, tuve la oportunidad de estar allí y participar del programa FutureMed de la Singularity University (SU), una institución académica fundada por Google, Cisco y otras empresas. Ubicada en el campus de la NASA, su objetivo es “reunir, educar e inspirar a los líderes, brindándoles las herramientas para hacer frente a los grandes desafíos de la humanidad”. FutureMed es un programa personalizado que se focaliza en las tecnologías disruptivas que van a revolucionar la práctica de la medicina y transformar radicalmente el tratamiento de la salud y la industria biomédica en la próxima década.
Con mucha expectativa por lo que iba a vivir en los próximos 6 días, llegué al campus de la SU y recibí un saludo nada convencional: un robot nos daba la bienvenida y las primeras indicaciones acerca del hospedaje, horarios y otras cuestiones de interés. La primera actividad programada consistió en un recorrido por el predio de la NASA Research Park, uno de los 10 centros que posee la organización y donde se han desarrollado actividades de I+D durante más de 60 años para servir a los objetivos del programa espacial de los Estados Unidos. A partir del 2002, este centro se ha vinculado con el mundo académico, la industria y las organizaciones sin fines de lucro para estimular la innovación y la educación en las disciplinas científicas y de investigación fundamentales para la exploración espacial como la astrobiología, la informática, la biotecnología y la nanotecnología.
Durante la tarde, tuvimos la charla de bienvenida a cargo del Dr. Daniel Kraft, Director Ejecutivo de FutureMed. Este joven inventor, empresario e innovador médico-científico de Stanford y Harvard, nos dio una rápida lectura del cronograma de actividades y una introducción de las tecnologías a las que íbamos a estar expuestos en los próximos días, que incluían inteligencia artificial, robótica, mobile health, impresión 3D, nano medicina y genómica. Este es el tercer año consecutivo que se dicta el programa y de las más de 500 postulaciones reci-bidas, se seleccionaron 90 participantes de más de 35 países. Cada uno de ellos con brillantes antecedentes académicos y exitosas carreras profesionales, lo que dio lugar a una excelente oportunidad para generar una red de contactos y conocer historias sumamente interesantes.
El Dr. Kraft, que durante su charla llevaba un dispositivo de monitoreo que trasmitía sus signos vitales en vivo, nos habló sobre cómo los celulares estaban convirtiéndose en dispositivos de monitoreo constante, que permiten a las personas tener estilos de vida más saludables (por ejemplo monitoreo de glucosa, presión arterial, nivel de stress, arritmias, etc). También, habló sobre la “Era de la prescripción de apps (aplicaciones para dispositivos móviles)”, vaticinando que en un futuro se prescribirán apps como ahora se prescriben medicamentos, sobre como los juegos electrónicos se están utilizando para generar cambios de estilo de vida, los laboratorios en un chip, la inteligencia artificial como Watson y varios otros temas sobre la medicina del futuro. Luego de trabajar en un taller donde cada uno de los equipos tuvo que mostrar sus destrezas en el armado de una estructura basada en spaghettis y marshmallow (malvaviscos), tuvimos la presentación del Dr. Peter Diamandis, uno de los Fundadores de la Singularity University.
Con una visión interesante y optimista del futuro, el Dr. Diamandis nos demostró como los avances de las tecnologías exponenciales nos iban a permitir obtener logros en las próximas dos décadas como nunca habíamos logrado en los últimos 200 años. Según él, pronto tendremos la capacidad de cubrir las necesidades básicas de cada hombre, mujer y niño del planeta. Su teoría se fundamenta en la ley de Moore y en el pensamiento exponencial. ¿Qué significa esto? Que la tecnología desarrollada en el pasado nos ha permitido desarrollar la tecnología del futuro en forma exponencial y continuará haciéndolo. El crecimiento exponencial es disruptivo. Según Peter, no estamos acostumbrados a pensar en cómo las tecnologías que crecen a estas dimensiones van a impactar en nuestro futuro, y pensarlo es la clave para crear un mundo mejor.
Un ejemplo de tecnología exponencial lo podemos ver a través de la CNN cuando el presidente de Rwanda dijo, “En 10 años, lo que era un objeto de lujo y privilegio, el teléfono celular, se ha transformado en un bien necesario de África”. Actualmente, en ese continente los celulares están conectando a millones de personas a un mundo que antes del 2007 no tenían. Durante el segundo día, Brad Templeton hizo su presentación. Brad es miembro del Comité de Foresight Nanotech Institute, presidente del consejo de Electronic Frontier Foundation 2000-2010 y actualmente trabaja en Google en un proyecto que busca desarrollar el auto del futuro. Si la pregunta es qué relación tiene esto con la medicina, la respuesta puede estar en datos como que en la actualidad 1,2 millones de personas mueren de accidentes de auto en el mundo y esto genera un costo de 230 billones de dólares. Imagínense que impacto podríamos tener para la salud mundial si desaparecieran los accidentes de tránsito. El auto con sensores de Google busca lograrlo y para ello, cuenta con una visión 360, gracias a los 64 lasers que giran en círculo y le per-miten tener información acerca de todo lo que lo rodea, también posee un GPS y sensores de detección. Hace más de tres años que el auto viene andando por 3 estados y ya ha recorrido unas 300.000 millas. Otra presentación sumamente interesante fue la de Martin S. Kohn, quién expuso como AI/WATSON tiene el potencial de modificar la práctica de la medicina. La clave de esta supercom-putadora está en su capacidad en dar sentido a “datos no estructurados” (unstructured data), en el entendimiento de lenguajes naturales, no sólo el significado. Tiene la capacidad de adaptar y aprender de situaciones particulares, con el conocimiento aprendido genera hipótesis y luego les asigna valores a cada una de ellas y decide cuál es la mejor opción. En el tratamiento de la salud no esperamos una sola respuesta sino que puede haber varias. Watson no será un tomador de decisiones, sino que entenderá la naturaleza de la pregunta y elaborará respuestas para que luego el médico elija cuál es la mejor opción. Uno de los conceptos de mayor difusión en las nuevas tendencias de la salud, es el de Big Data.
Eric Rasmussen expuso sobre Global Health y como a través de la utilización de Big Data se puede obtener información de diferentes recursos y monitorear dispositivos en orden de mejorar el cuidado de la salud. Un concepto muy similar se aplica en Salud Publica Global a través de Pulso Global, que está intentando analizar los “signos vitales” de una región determinada para predecir cuándo una catástrofe va a suceder. José Gomez Marquez de MIT, detallo con precisión cuales son los parámetros para el diseño de un dispositivo médico en salud global: seguro, robusto, durable, barato, reusable, exacto, confiable, móvil, conectado, inteligente y plug and play. Uno de los ejemplos que se exhibieron fue un producto llamado MEDIKits (Medical Education Design Invention Kits o Equipos médicos educativos para diseñar invenciones) que son kits médicos para promover la innovación y la creatividad en los profesionales de la salud. Estos dispositivos desmitifican la tecnología médica y proveen herramientas apropiadas que permiten al profesional desarrollar sus propias soluciones tecnológicas.
¿Hasta dónde puede llegar la Neurociencia con ayuda de la tecnología? Fue la pregunta que motivó la reflexión de Adam Gazzaley. Este especialista en Neurociencias y Gamificación habló acerca de su investigación basada en el uso de juegos para mejorar o aumentar la capacidad cognitiva de los seres humanos. Destacó que el gran problema que existe al intentar mejorar la cognición es que se realiza a un nivel farmacéutico, pero un tratamiento multimodal basado en la utilización de juegos puede ser más efectivo. Con la presentación de Marc Goodman sobre los crímenes del futuro, tuve la sensación de que los argumentos de las películas de ciencia ficción podían hacerse realidad en poco tiempo. Goodman detalló cuáles serán los principales ciberataques del futuro:
• Hackear organismos sanitarios y la información de los pacientes.
• Hackear dispositivos electrónicos implantables.
• Hackear bombas de insulina de un paciente daibético y suministrar cantidades letales.
• Hackear el código del genoma de un virus e incrementar su virulencia.
• Obtener ADN y crear esperma sintético (“…imaginese el escandalo si se obtiene el ADN de un presidente.”).
Siguiendo las ideas de Peter Diamandis, otro de los fundadores de Singularity University, Ray Kurzweil, habló sobre el pensamiento exponencial y destacó como la tecnología en esta época nos ha permitido decodificar el genoma humano. Por esta razón, el considera que estamos viviendo una revolución biotecnológica donde vamos a tratar a la salud y a la medicina como si fueran un software. “…La medicina está convirtiéndose en información tecnológica. Hackear un código genético significa ser capaz de reprogramar la biología…”.
El especialista en bioinformática y genómica, Andrew Hessel, se paró frente al auditorio y pre-guntó, ¿es la biología la nueva gran industria de la tecnología? Luego de escucharlo, pareciera que sí. Hessel , se dedica a explorar la posibilidad de crear seres vivientes mediante el uso de la tecnología. Para entender este concepto, hay que comprender que la biología es ahora digital y que el ADN puede ser impreso. El ADN contiene un código con las instrucciones genéticas que hacen al ser humano. Entonces, si el ADN puede ser digitalizado significa que puede ser hackeado y no solo esto, sino que también puede ser impreso. Otro concepto interesante fue el de la virología sintética y que la misma puede ser programada para diferentes tareas, es decir, un virus puede ser programado para tener roles específicos como atacar una célula cancerígena, a una bacteria, etc.
Unos minutos más tarde, Raymond McCauley, afirmó que la investigación médica está cambiando drásticamente gracias a la invención de la bioimpresoras 3D, que pueden imprimir estructuras vivas como vasos sanguíneos o tejidos de la piel, célula por célula revolucionando a la ingeniería biomédica. Además de escuchar a brillantes disertantes y compartir un ámbito de innovación, tuve la oportunidad de experimentar algunos de estos grandes avances que revolucionan la medicina.
Fue así que en un espacio destinado a probar desarrollos tecnológicos, pude simular una operación utilizando el robot Da Vinci, un sistema quirúrgico capaz de mejorar los resultados al modificar la cirugía en tres formas: 1) simplificando los procedimientos mini invasivos existentes; 2) permitiendo utilizar técnicas mini invasivas en cirugías de procedimientos complejos; 3) haciendo que los procedimientos quirúrgicos mini invasivos sean posibles.
Según Catherine Mohr, especialista en robótica, la tecnología ahora existe para actuar sobre tejidos a niveles microscópicos. Esto puede no ser útil en enfermedades avanzadas pero con la aplicación de tecnologías exponenciales para detectar enfermedades en una etapa temprana, remover tejidos particulares o atacar el problema en un nivel celular, puede ser el futuro de las intervenciones permitiendo que las enfermedades no continúen su evolución. Después de 6 días inmerso en el futuro de la salud, en un ambiente apasionado donde los diser-tantes te desafían constantemente a pensar más allá de lo ya establecido, no puedo esperar para trasmitir estas experiencias a todos aquellos que quieren desarrollar emprendimientos que mejoren la calidad de vida de millones de personas.
La salud tal cual la conocemos en la actualidad cambiará radicalmente, se avecinan momentos disruptivos y estamos todos en la línea de largada para generar innovación en salud. Depende de nosotros.
Fuente: Future Med