Por Ricardo Mariscal, Comsalud.es
La revolución digital, con la irrupción de herramientas de ayuda para el médico en la práctica clínica y para el paciente en el manejo de su enfermedad, es un hecho incontestable.
Sólo en España, el número de apps médicas disponibles en el App Store supera las 11.000.
Sin embargo, esta avalancha de apps en muy poco tiempo puede derivar en que el médico o paciente no sepa o pueda distinguir cuál es la más indicada para sus necesidades. Y, en última instancia, puede disuadir de su uso ante la dificultad de distinguir el grano de la paja.
Un reciente artículo de un grupo de investigadores encabezados por el holandes Van Velsen ha tratado de arrojar algo de luz sobre este asunto, emitiendo una serie de recomendaciones para “combatir la sobrecarga de apps médicas”.
Los autores aconsejan dos cambios principales: en primer lugar, las apps deberían convertirse en portales a una información de calidad abierta y disponible para todo el mundo; en segundo lugar, el contenido médico debería estar estandarizado para que la información sea presentada de idéntica forma en todas las apps médicas.
Los autores instan a los grandes agentes sanitarios a que conduzcan estos cambios, creando información para ser empleada por los desarrolladores en sus apps.
¿Son las recomendaciones de Van Velsen y sus colegas aplicables en la práctica?¿Es factible que la información sea abierta, teniendo en cuenta las limitaciones que implica el copyright y el modelo de negocio que existe actualmente?
Las recomendaciones de estos autores son, sin duda, de interés, pero no hay que olvidar la importancia de contar con una certificación de calidad emitida por un organismo independiente de reconocido prestigio.
En España está dando sus primeros pasos en este sentido el distintivo App Saludable de la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía, una iniciativa que debería señalar el camino a otras.
Fuente: comsalud.es