Hacia donde va la telemedicina en Sudamérica

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Pensar que nunca más habrá que ir a la farmacia dos veces porque el médico se olvidó de poner el sello a la receta o porque se equivocó al escribir la fecha, sin dudas suena bien. Pero este parece ser un beneficio ínfimo al lado de los tantos otros que promete la «»informatización de la salud»».

Sobre este nuevo concepto han venido trabajando las empresas dedicadas a desarrollar herramientas para optimizar los recursos, agilizar ciertos procesos y mejorar la atención, en todos aquellos sectores que así lo requieren. El de la salud no fue la excepción.

Los especialistas en informática hablan de la necesidad de una «»transformación de la atención sanitaria»» a partir de las cada vez más numerosas posibilidades que ofrece el universo de las nuevas tecnologías.

«»Crear sistemas de salud más inteligentes, optimizados en torno al paciente, apunta a reducir los errores médicos, a mejorar la seguridad de los pacientes, a lograr resultados de calidad y a salvar vidas»», sintetizó en una entrevista con La Prensa Mariano Groiso, ingeniero informático y líder de Salud para Sudamérica de IBM.

«»Un sistema de salud eficiente integra todos los datos centrados en el paciente para que cada persona sea «»propietaria»» de su información y tenga acceso a una red de colaboración sanitaria»», añadió.

Luego de haber participado en un megaproyecto que llevó adelante el Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés) de Inglaterra para informatizar todo el sistema sanitario, Groiso explicó de qué forma esta decisión -tomada durante el gobierno de Tony Blair- se tradujo en ventajas para los hospitales, los médicos, los pacientes y para el mismo gobierno.

– ¿Qué aplicaciones novedosas tiene hoy la informática en el campo de la salud?

– Un excelente ejemplo de las aplicaciones que ofrece la informática es el proyecto que se está desarrollando en Inglaterra y en el que tuve la suerte de participar. Allí el NHS decidió mejorar la salud a través de la informática y las telecomunicaciones. Este proyecto se convirtió en modelo en el mundo.

– ¿En qué consistió?

– En primer lugar, se creó una agencia dependiente del Ministerio de Salud dedicada a coordinar el proyecto, que incluyó varios de programas. Uno de esos programas se refiere a la implementación de la «»historia clínica electrónica»» a nivel nacional, lo cual permite tanto a los médicos como a los pacientes acceder a la información médica de cada persona, desde cualquier punto de Inglaterra, en cualquier momento.

Otro de los programas que se llevó adelante fue para concertar la «»cita médica electrónica»», también a nivel nacional. Los pacientes en Inglaterra generalmente tenían que pasar por un médico de cabecera, que actúa como filtro -ya que decide si el paciente va a requerir ver un especialista o no-. Esto contribuía a que hubiera listas de espera muy largas porque el paciente iba al médico de cabecera, éste le decía que tenía que ver un especialista y que le llegaría una carta más adelante de algún hospital para citarlo. Un mes después le llegaba una carta al paciente diciendo que tenía que ir a un hospital en la otra punta de la ciudad, con un médico al que no conoce… entonces muchos pacientes no acudían a la cita.

– ¿Cómo solucionó la cita médica electrónica esta problemática?

– Ahora en cambio se interconecta el sistema de información del médico de cabecera en el consultorio con el sistema de información en el hospital y durante la misma consulta el médico de cabecera con el paciente elige en qué hospital y a qué médico irá a ver. Así el paciente se va con su cita. Esto logró que los pacientes tengan más elección y que se acorten las listas de espera, porque los pacientes van al médico y al lugar que quieren.

– ¿Qué otros adelantos introdujo el proyecto encarado por Inglaterra?

– Por otra parte se empezaron a utilizar las «»recetas electrónicas»», que permiten que el médico haga una prescripción virtual al paciente, que se envía directamente a la farmacia donde se comprará el medicamento. Además, el paciente puede acceder desde cualquier computadora a un portal desde el que podrá elegir cuáles son sus farmacias predilectas.

De modo que este gran programa desarrollado en Inglaterra consta de la historia clínica electrónica, la cita electrónica y la receta electrónica.

CINCO REGIONES

– ¿De qué forma se concretó el proceso en términos operativos?

– Se dividió a Inglaterra en cinco regiones y cada una de ellas se hace responsable de todas las aplicaciones informáticas en esa región (en los consultorios, hospitales, laboratorios, farmacias, ambulancias, etc.). Toda la información médica de cada paciente está integrada en una historia clínica única a nivel región y luego está el sumario de historia clínica nacional que toma información de todas estas regiones y las integra de modo tal que si un paciente se muere en el norte de Inglaterra, en el sur de Inglaterra no le pueden dar una cita. La actualización es instantánea porque la información se envía a la base central, llamada «»spine»» (espina), que conecta a las cinco regiones. No es sólo una gran base de datos de las 60 millones de personas que habitan en Inglaterra, sino que es un colectivo de integración de las regiones por el cual se envían también todas las alertas. Por ejemplo, también hay alertas que indican cuando a un paciente se le receta un medicamento que no puede tomar porque tiene interacciones adversas con otro remedio que está tomando.

– ¿Este programa integra también el sistema sanitario público con el privado?

– No. En la primer fase comprende sólo el ámbito público porque la mayoría de la salud en Inglaterra es pública, pero en una segunda etapa va a integrar también el sector privado.

– ¿Cuáles son los principales beneficios para el paciente en los que se traduce la informatización del sistema sanitario?

– Mediante este tipo de programas se contribuye a lograr un sistema centrado en el paciente, quien a su vez pasa a ser «»propietario»» de su información médica. Además de agilizar los trámites que habitualmente implica el sistema de atención de salud, las personas tienen la posibilidad -a través del portal- de elegir su farmacia predilecta e ingresar datos a su historia clínica (sólo agregar, no borrar).

Otro aspecto importante es que el paciente puede controlar quién ve su información médica. El Parlamento inglés aprobó una ley por la cual se le da la potestad al paciente para decidir quién puede ver sus datos y en qué momento, asumiendo la responsabilidad de esta decisión en caso de que un médico no pueda ver la historia clínica cuando así lo requiera.

INCOGNITAS

– ¿La informatización de la salud tiende a deshumanizar la medicina?

– No. Considero que es más deshumanizador cuando -tanto en Inglaterra como en otros países desarrollados y en vías de desarrollo- el médico no tiene tiempo suficiente para ver a los pacientes y sólo puede dedicarle 5 ó 10 minutos. Mediante estas herramientas informáticas se lograr mejorar la atención y eso es más humano.

– ¿El desarrollo de la tecnología hará posible que los médicos sean reemplazados por herramientas informáticas?

– No creo. Los pacientes no van a confiar en una máquina más que en un médico y por ahora no hay ninguna máquina que pueda hacer lo que hace un médico. Las máquinas sólo pueden ayudarlo con opciones de diagnóstico y acelerando el mecanismo de resolución. Incluso en la tecnología para el cuidado a distancia de una enfermedad crónica hay aparatos, instrumentos electrónicos, pero hay detrás una persona que maneja al paciente.

– ¿Cuán grande es la inversión requerida para llevar adelante proyectos como el de Inglaterra? ¿Es factible para un país de las características de la Argentina?

– En realidad lo de Inglaterra hay que tomarlo como el modelo ideal, inclusive Estados Unidos está intentando seguir los pasos de Inglaterra -con la reforma de salud impulsada por Barack Obama- pero allí resulta mucho más complicado porque es un país más grande, todo es privado y es más difícil decirle a las empresas lo que tienen que hacer o con quién tienen que integrarse. De todas formas, se está intentando.

Por supuesto, Estados Unidos e Inglaterra pusieron mucha plata en esto. Los países de la Comunidad Europea también dispusieron subsidios para estos proyectos. Y del lado de los países emergentes o en crecimiento tenemos, por ejemplo, a Latinoamérica, donde obviamente no existen estos dineros de subsidios pero existen otros estímulos como ser el tema de las vastas extensiones y la falta de médicos. De modo que en regiones como éstas la telemedicina o medicina a distancia pasa a ser muy importante para los gobiernos, para bajar los costos que implica trasladar a un paciente en comparación con la posibilidad de diagnosticar a la distancia.

 Fuente: Agustina Sucri, diario La Prensa

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