Pandemia y salud digital en América Latina: cómo se comportan las inversionesPandemic and digital health in Latin America: how investments behavePandemia e saúde digital na América Latina: como se comportam os investimentos

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Por Mariana Pernas

Aunque con una amplia brecha digital, la pandemia de Covid-19 puso en marcha en la región un creciente uso y despliegue de inversiones en aplicaciones para facilitar el acceso a la salud mientras se cumplen las medidas de distanciamiento social.  De tal forma, con múltiples disparidades, restricciones y desafíos, la implementación de nuevas soluciones de salud digital está en la agenda de inversiones en América Latina.

Alejandro Floreán, vicepresidente de Consultoría y Estrategia de IDC Latinoamérica, plantea dos escenarios simultáneos. Por un lado, para este año proyecta una contracción del  5,8% promedio de toda la industria de tecnología (hardware, software y servicios) en la región. En el sector de la salud esta disminución será del 11%, con una recuperación estimada para el primer trimestre del 2021. «Las clínicas y hospitales tuvieron que reorientar su presupuesto para adquirir los insumos y recursos necesarios para afrontar la pandemia, lo que motivó disminuir o postergar gastos en tecnología tradicional», explica.

Por otro lado, la pandemia activó algunos proyectos para acelerar la  digitalización. IDC prevé un crecimiento de las inversiones en aplicaciones que permitan hacer diagnóstico, tratamiento y seguimiento de pacientes durante la crisis sanitaria. La inversión en monitoreo remoto de salud mediante telemedicina  se incrementará en un 60% y la adopción de técnicas de Machine Learning para el diagnóstico clínico predictivo crecerá un 100%. También se duplicarán las implementaciones que habiliten la medicina preventiva basadas en aplicaciones móviles, wearables y asistentes virtuales, mientras que las herramientas para obtener una visión holística (clínica, asistencial y administrativa) del paciente crecerán un 66%. Otra suba importante, del 70%, tendrán las soluciones para realizar un seguimiento remoto del paciente luego del alta médica.

«En este escenario, claramente, aumentaron las inversiones en ciberseguridad y en los sistemas de comunicación, como las herramientas de colaboración, las redes privadas virtuales y la virtualización de la infraestructura de escritorios para sostener la demanda de home office y de servicios de telemedicina», dice Floreán.

Hasta que se declaró la pandemia en marzo pasado, las inversiones de tecnología en el área de salud venían creciendo. De hecho, en 2019 habían aumentado en un 15%. El principal mercado es Brasil, que concentra el 44% de las inversiones en hardware, software y servicios. Le siguen México (21%), Argentina (10%), Colombia (8%),  Chile (7%) y Perú (4%). «Pero la incorporación de tecnología avanzada se concentra solo en unos cuantos hospitales y clínicas; el resto tiene una inversión promedio baja en comparación con otras geografías», admite Floreán. Aunque revisa sus pronósticos constantemente, IDC estima para 2021 un crecimiento del 5,6% para las inversiones de tecnología en el sector salud. «Creo que tomará dos años recuperarse y volver a los niveles de 2019«, concluye.


Brecha digital

El especialista Raúl Katz advierte sobre el desafío de la brecha digital. El presidente de Telecom Advisory Services, que realizó un estudio sobre el impacto de Covid-19 en las comunicaciones de la región para la Corporación Andina de Fomento (CAF), señala: «Si bien América Latina tiene una tasa elevada de acceso a Internet, en torno del 75%, gran parte del uso se destina  a redes sociales y a consultar información genérica; es mucho más bajo el uso para descargar aplicaciones de educación, salud, e-commerce o finanzas». Y agrega que, como mínimo, el 25% de la población no tiene conectividad por falta de recursos o de cobertura de las redes.

Con independencia de la elevada penetración de Internet en la región, un indicador aproximado sobre el interés en usar sistemas de salud digital es el porcentaje de personas que en el último año descargó este tipo de aplicaciones móviles. De acuerdo con el informe de Katz, sólo el 7,59% de la la población de América Latina ha descargado, en promedio, una aplicación de salud, mientras que en América del Norte es del 22% y en los países de la OCDE llega al 15,19%. Los países cuya población realizó más descargas son Chile (12,08% de los habitantes), Brasil (10,59%), Panamá (10,41%), Argentina (9,27%) y Colombia (6,79%). «Más allá de un segmento muy restringido de la población, la utilización de esta aplicaciones es muy baja», sostiene Katz.

Lo cierto es que la pandemia de Covid-19 demostró que la tecnología y la conectividad juegan un papel clave para acceder a la salud. Como política de corto plazo para reforzar la capacidad de la infraestructura de telecomunicaciones, Katz recomienda, entre otras acciones, acelerar el despliegue de mayor cantidad de radiobases para banda ancha móvil, asignar a operadores móviles espectro adicional de manera temporaria, promover innovación en el desarrollo de plataformas que permitan superar las falencias en las cadenas de aprovisionamiento y otorgar subsidios para que la gente de menos recursos no quede sin conexión. Para el largo plazo, considera crítico la asignación de inversiones para incrementar la resiliencia digital de los hogares -que incluye la capacitación en el uso de aplicaciones de salud-, el Estado y el sector productivo.


Nueva generación

Aunque todavía incipiente, para finales de este año la tecnología de telecomunicaciones 5G -que provee banda ancha móvil con mayor velocidad y menor latencia- tendrá 1,5 millón de nuevas conexiones en América Latina y el Caribe, de acuerdo con la consultora Omdia. En tanto, las conexiones de  4G LTE  sumarán 397 millones.

Según 5G Americas, entidad que nuclea a los proveedores de telecomunicaciones, el sector de la salud se beneficiará con esta tecnología. «Específicamente, la telemetría será uno de los principales casos de uso de Internet de las Cosas. Los nuevos dispositivos de tratamiento se basarán en las comunicaciones ultra confiables de baja latencia y las capacidades de sincronización de 5G para admitir el intercambio y control de información precisa y oportuna», indica un informe de 5G Américas publicado en noviembre pasado. Y agrega que las tareas que pueden realizarse son variadas: compartir video o un diagnóstico médico, controlar una bomba de insulina o realizar una cirugía robótica.

También es posible implementar soluciones de menor grado de complejidad. «Las aplicaciones de telesalud tienen un amplio rango, desde aquellas muy simples hasta las más sofisiticadas, que habilitan la posibilidad de hacer un proceso quirúrgico y demandan mayores inversiones. Hay una gama variada, con muchas potencialidades de implementación y uso. Todo va a depender de los recursos y la creatividad», dice José Otero, director de 5G Americas para América Latina y el Caribe. «Se suele pensar en los procesos de más costosos, pero como ha demostrado esta pandemia todas instituciones están usando algún tipo de sistema de videoconferencia para concretar las consultas médicas.»

«A nivel regional una gran cantidad de profesionales de la salud, clínicas y hospitales cuentan con estas plataformas. Hay una oportunidad de adoptarlas, pero permanecen los desafíos y obstáculos que siempre tenemos en la región: las persona que más necesitan y se pueden beneficiar de estas herramientas viven en zonas alejadas o no tiene el poder adquisitivo para utilizarlas», observa Otero. Otro reto es tener acuerdos que faciliten el intercambio entre instituciones y profesionales de la salud de diferentes jurisdicciones. «La implementación de la tecnología y conectividad son el aspecto más sencillo; lo complejo es lograr los acuerdos normativos para facilitar estos procesos de comunicación.»

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