Por Matías A. Loewy
En abril de este año, 70 mil pacientes tenían una historia clínica federada (con identificación unívoca de los pacientes a nivel nacional) y en la actualidad esa cifra ya alcanza los 2 millones, lo que representa un 4,5% del total de la población del país. Pero desde la perspectiva de las provincias, lo que vale no son los grandes números sino las historias mínimas: los pequeños pasos, desafíos, proyectos y logros que, a nivel local, aportan su grano de arena a la construcción de la Red Nacional de Salud Digital.
En una sesión de las XIV Jornadas de Informática en Salud del Hospital Italiano, que se realizó en un salón de convenciones de Buenos Aires del 27 al 29 de noviembre, funcionarios de cuatro provincias compartieron experiencias y el estado actual de distintas iniciativas escalables en sus jurisdicciones.
Teresita Barrios, del área de Sistemas y Tecnologías de Información en Salud del Ministerio de Salud de Chaco, destacó que en 2016 se decidió implementar una historia clínica electrónica disponible en todos los establecimientos de la provincia, aunque un puñado de hospitales ya había desarrollado iniciativas in-house desde hacía una década.
Barrios señaló que empezaron a trabajar con el estándar de interoperabilidad clínica de HL7 FHIR (Fast Healthcare Interoperability Resources “para poder generar los documentos clínicos y compartirlos entre estos sistemas que eran locales con lo que se generaba a nivel provincial”.
“Si hay un paciente que se hace atender en el Impenetrable, el profesional puede ver todo su historial de consultas y comprobar si alguna vez pasó por la capital de la provincia [a casi 400 kilómetros]. De esa forma, reducimos esa brecha que hay si nos seguíamos manejando con papel”, manifestó Barrios.
La ingeniera en sistemas añadió que, desde comienzos de noviembre, también comenzaron a validar los datos de los pacientes con el servicio web del Registro Nacional de las Personas (RENAPER) para su identificación unívoca. “Es un pequeño paso, pero es algo muy requerido: hay muchos problemas con la verificación de los pacientes” por la presencia de indocumentados y extranjeros, indicó.
Otro de los expositores, Guillermo Malpeli, ingeniero en electrónica al frente de la Agenda Digital en Salud de Río Negro, informó que el proyecto de historia clínica digital está implementado en 4 de los 35 hospitales de la provincia, aunque son los de mayor complejidad y están ubicados en ciudades que concentran el 70% de la población. Para una segunda etapa, se plena incorporar otros nueve centros, lo cual sumaría 100.000 personas a las 250.000 que ya están en el sistema.
El sistema rionegrino es descentralizado: cada hospital tiene su propia infraestructura de servidor y su base de datos se replica en el Ministerio de Salud provincial de forma asincrónica. “Esto permite, por ejemplo, el resguardo de la información, la producción estadística a nivel central y el desarrollo de aplicaciones móviles”, destacó Malpeli.
El también profesor de sistemas en la Universidad Nacional de Río Negro señaló que ya hay más de 200.000 pacientes “federados” o incorporados en el MPI (padrón único de pacientes) nacional o Federador Nacional de Personas, lo que representa un tercio de la población de la provincia. Y anticipó que con algunas correcciones se podría duplicar esa cifra en los próximos meses.
Por su parte, la ingeniera Bettina Petrella, coordinadora del Área de Sistemas del Ministerio de Salud Pública de Misiones, enfatizó que su provincia aprobó una ley de historia clínica electrónica única en 2015, que establece el acceso de los pacientes a sus registros tanto en el sector público como privado. En ese contexto, empezaron a implementar el MPI de la provincia y, desde hace alrededor de un mes, comenzaron a federar pacientes con datos validados por el RENAPER. “No tenemos muchos casos porque se está haciendo uno a uno. Pero hicimos mucho hincapié es en el proceso interno para asegurar que al Federador (nacional) llegue el dato correcto”, expresó.
La última de las panelistas, la médica Verónica Ledesma, lidera la implementación en terreno de la historia clínica electrónica en Mendoza en los distintos municipios donde se lleva adelante la estrategia de informatización para la cobertura universal de salud (CUS). Su exposición hizo eje en la importancia del recurso humano para que una estrategia de implementación de salud digital funcione.
“Buscamos profesionales relacionados con el ámbito de la salud o estudiantes avanzados de medicina, odontología, psicología o nutrición, por ejemplo. La idea es que estos implementadores que van a estar en cada uno de los sectores entiendan el lenguaje que manejamos en el consultorio, la dinámica de una consulta, la terminología médica y la confidencialidad de los datos. Deben tener habilidades de comunicación, saber empatizar con el usuario y poder trabajar en equipo”, enumeró.
Y añadió: “Los implementadores necesitan entender cuáles son las necesidades del usuario (hemos encontrado médicos que no sabían agarrar un mouse) y las nuevas funcionalidades que nos va pidiendo. Muchos efectores viven el proceso de cambio como algo negativo, pero tenemos que tomar esa resistencia como una oportunidad para crecer y propiciar su adaptación de una manera que no sea vivida como traumática”.