La necesidad de iniciativas de educación en salud en América Latina es urgente. Los sistemas de salud están, en su mayoría, descoordinados y segmentados, lo que afecta negativamente a las personas a las que deberían servir. Mejorar la navegación de los sistemas de salud de la región y empoderar a las personas para que tomen decisiones informadas sobre su estilo de vida y su salud es la premisa.
La educación (o alfabetización) en salud encarna las habilidades y la motivación necesarias para encontrar, comprender, evaluar y utilizar la información de salud. La educación en salud influye en el conocimiento, las actitudes y los comportamientos, incluida la prevención de enfermedades y el autocuidado.
La escasa (o nula) educación en salud afecta los resultados de salud y los costos relacionados con ella, lo que conduce a una utilización y prestación de atención médica ineficaz. Mejorar la educación en salud aumenta la capacidad de obtener y comprender la información de salud, facilita la toma de decisiones y mejora la capacidad de gestionar y hacer frente a las disparidades de salud. Esto permite una mayor autonomía y empoderamiento para los pacientes.
Los estudios que evalúan la influencia de la educación en salud en el comportamiento y los resultados del paciente sugieren una relación positiva entre la misma y el conocimiento de la salud, los comportamientos de salud y el estado de la salud. En los países de América Latina, los resultados de los estudios son muy variados y demuestran que las tasas de educación sanitaria adecuada oscilan entre el 5,0% y el 73,3%.
En un reporte recientemente publicado en el Global Health Promotion Journal, se examina el estado de la educación en salud en la región y los esfuerzos para promoverla, además de los desafíos mas importantes para esos esfuerzos que incluyen: la desigualdad socioeconómica, el aislamiento social o geográfico, las barreras culturales, lingüísticas y relacionadas con políticas, muchas de las cuales afectan de manera desproporcionada a las poblaciones indígenas y a otras que habitan en zonas rurales.
El reporte, realizado por varios estudiosos en la materia, sugiere estrategias para abordar las disparidades, con el objetivo de estimular la discusión entre los trabajadores de la salud, los gobiernos, los grupos de pacientes, la industria y el mundo académico y explica que «la integración de los principios de educación en salud en las iniciativas de salud, la prevención de enfermedades y la promoción de la salud es una forma de mejorar la salud de las personas y de la sociedad en su conjunto». Además, llama a la acción de la tecnología al indicar que un mayor uso de infografías, videos y aplicaciones móviles puede mejorar la educación en salud y el empoderamiento del paciente (especialmente cuando existen barreras lingüísticas).
Por último, el reporte indica que América Latina requiere un enfoque integral e integrador para mejorar la alfabetización en salud y que las iniciativas individuales de cada país deben servir como «trampolines» para programas futuros. Además, siendo que diversas organizaciones mundiales, como la OPS, la Asociación Internacional de Alfabetización en Salud, la Unión Internacional para la Promoción y la Educación de la Salud y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, piden acciones para mejorar la educación en salud en América Latina, se propone una serie de recomendaciones para lograrla.
Fuente: https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/17579759211016802
