Así caracterizó la transición actual en materia de salud digital uno de las referentes que lideró el Summit Latinoamericano en HIMSS21. El encuentro constó de dos paneles en los que distintos expertos dieron su perspectiva sobre la interoperabilidad, la innovación y la adopción digital, más allá de la pandemia de Covid-19.
Por Rocío Maure
En el marco del evento HIMSS21 Digital Las Vegas, el pasado 12 de agosto se dedicó un segmento exclusivo a América Latina en el que importantes actores del sector describieron las experiencias locales de interoperabilidad, telemedicina y el apoyo a la toma de decisiones que han sido esenciales para abordar la pandemia y promover la innovación en salud.
Luego de la apertura a cargo del Dr. Mariano Groiso, HIMSS Advisor para Latinoamérica, se presentó el primer panel, «Interoperabilidad: clave esencial para acelerar las innovaciones en salud durante y después de la pandemia», en el que los referentes brindaron un breve repaso de las principales estrategias de innovación que debieron aplicar al inicio de la pandemia. Manuel Rodríguez Arce, Director del Departamento de Expediente Digital Único de la Caja de Salud de Costa Rica, ilustró que en su país hay más de 5,4 millones de pacientes con expediente digital, que reciben recetas electrónicas, tienen un seguimiento completo al que puede acceder el profesional de la salud que los atienda en cualquier nivel, e incluso cuentan con una ficha familiar, a fin de evaluar el entorno biopsicosocial. Gracias a este sistema unificado, lograron la trazabilidad del 100% de los pacientes con COVID-19 y la evaluación en tiempo real de la ocupación hospitalaria. A su vez, la aplicación Edus, orientada a la salud móvil, es la app gratuita en donde los usuarios pueden realizar gestiones sanitarias y es la más descargada de la categoría Salud y bienestar de ese país.
La historia clínica electrónica también fue fundamental en Argentina, cuya adopción se duplicó durante la pandemia y llegó a 4 millones de pacientes, tal como describió Analía Baum, Directora de Sistemas de Información Sanitaria de la Ciudad de Buenos Aires. Gracias a un alto grado de conectividad mediante fibra óptica y más de 500 puntos de wifi gratuitos en esa región geográfica, lograron llegar a las áreas más vulnerables y asegurar la atención sanitaria durante los brotes de contagios. La estrategia consistió en adaptar el sistema que ya tenían en ejecución para capturar datos epidemiológicos, interoperar a nivel nacional para compartir información sobre notificación de casos, la ocupación de camas de UTI y luego la cobertura de vacunación.
“El apoyo de las áreas de innovación es fundamental”, expresó Aura Cifuentes, Directora de Gobierno Digital del Ministerio de TIC de Colombia, por su experiencia interdisciplinaria con otros ministerios. En el MinTIC, están trabajando desde el 2018 en una estrategia de Ciudadano Digital y, a nivel sanitario, tomaron la plataforma X-Road de Estonia para asegurar la interoperabilidad. En un mismo portal del estado, cuentan con todos los elementos para dar lugar a una historia clínica electrónica centralizada. Además, asumen un compromiso nacional de apertura, que se evidencia al ser el primer país de Latinoamérica en publicar datos de COVID-19.
Por su parte, Erick Cortez Pinto, Jefe de departamento de Gestión TIC de Metropolitan Sur de Chile, insiste en la importancia de la interoperabilidad para su país. Al encontrarse con información fragmentada y desperdigada, decidieron establecer una estrategia de 3 niveles: una capa interna de interoperabilidad dentro de las instituciones, una segunda capa que abarque la red de salud para unificar los datos y una última capa propia del Ministerio de Salud, para poder avanzar en políticas basadas en evidencia y brindarle acceso a sus datos al paciente.
Cambio de paradigma
“La pandemia logró una transformación digital de la noche a la mañana. Se vio la necesidad desde la comunidad, la población exigió un cambio y debimos integrar sistemas de información y entregar servicios de salud de formas innovadoras”, afirmó Cortez Pinto. Todos los oradores resaltaron la aceleración de los procesos como producto de la pandemia, y Rodríguez acertadamente destacó que “el sector social, como el comercial y el sanitario impulsaron la innovación; la multisectorialidad nos llevó a buscar soluciones más eficientes y rápidas”.
Las transiciones no suelen ser sencillas, por eso se necesitan esfuerzos conjuntos. Cisfuentes dijo que es fundamental atravesar estos cambios “de forma interdisciplinaria para que sean iniciativas sostenibles y escalables, desde el MinTIC buscamos sembrar la semilla”. Para evitar fricciones o cambios bruscos, la Ciudad de Buenos Aires incorporó usos innovadores para herramientas ya establecidas como los sistemas de mensajería instantánea: “incorporamos el uso de WhatsApp porque toda la sociedad tiene esa aplicación”, explicó Baum. La estrategia consiste en utilizarla para capturar datos, realizar triage a través de chatbots y para el seguimiento de contactos estrechos. “Queremos capitalizar ese aprendizaje del uso de sistemas conversacionales y llevar modelos de cercanía y accesibilidad a otros cuidados de la salud”, agregó la especialista argentina.
Los 4 referentes reconocieron que el cambio de paradigma se está dando a nivel mundial y que es fundamental acompañarlo de marcos regulatorios que faciliten estas transiciones, como el caso de la regulación de la telemedicina. A su vez, a partir de la experiencia argentina y chilena, queda claro que es fundamental cerrar las brechas básicas para asegurar el uso de los sistemas. La referente colombiana destacó la importancia de la paciencia y la experimentación para lograr mejores resultados, sin perder el fin último que es asegurar una atención de calidad. “El paciente debe ser el centro del proceso y debemos considerar el bienestar de la persona, no solo la variante sanitaria”, concluyó Cortez Pinto.
El día después de mañana
El segundo panel del Summit, «Mantener el apoyo a la toma de decisiones clínicas y la adopción de la telesalud más allá de Covid-19», tuvo como objetivo presentar las iniciativas que tuvieron lugar durante la pandemia y que se deberían profundizar a corto plazo.
En primer lugar, Fernando Benegas, Secretario de Innovación y Transformación Digital del Gobierno de CABA en Argentina, profundizó sobre el uso de WhatsApp para fines sanitarios y definió a su gobierno como WhatsApp-first, ya que luego de grandes desarrollos web y de aplicaciones, la gestión optó por priorizar este sistema que tiene gran aceptabilidad y bajo costo de mantenimiento. “Fuimos el caso ejemplo que presentó Facebook de herramientas para asistir la vacunación, con un 95% de aceptación”, expresó el secretario. Esta herramienta es “el lugar donde están los ciudadanos, por eso es un éxito cultural: crecimos de 4,5 millones de conversaciones durante el 2020 a más de 13,8 millones en lo que va del 2021”. Como ventajas competitivas sobre otras alternativas, WhatsApp consume pocos datos de internet, lo que brinda acceso a poblaciones más vulnerables, e incluso los adultos mayores la utilizan actualmente.
El recurso de los smartphones como medio de digitalización también es parte de la estrategia de salud digital del extremo opuesto de la región. Desde Guatemala, Isabel Lobos, Directora de Tula Salud, destacó el valor de la telecapacitación, la difusión de materiales a través de WhatsApp y la consejería remota para pacientes. La labor de esta organización, que trabaja con salud digital desde el 2004, no es sencilla porque el país presenta grandes retos en el campo de la salud, sobre todo en el área indígena al norte del país y las zonas rurales con población dispersa. “Hemos implementado la eSalud comunitaria para teleconsultas y traslados urgentes, el envío de recursos multimedia en más de 22 lenguas mayas propias de la región, y para mejorar la vigilancia epidemiológica”, agrega la referente.
Un poco más al sur, México buscó aprovechar el ímpetu de la pandemia para avanzar en los proyectos de telesalud, con tecnologías más sencillas, y armonizar las estrategias con la normativa actual. “Actualmente, establecimos un proceso donde el paciente llega por llamada telefónica, chatbot o videollamada, recibe una asesoría médica y en esa instancia se define si se puede hacer un seguimiento remoto o si corresponde una consulta presencial”, comentó Adrián Pacheco, Director de Telemedicina del Centro Nacional de Excelencia en Tecnología de Salud de ese país. También dijo que buscan optimizar los registros para agregar estrategias como la Telemedicina a futuros presupuestos nacionales y que contemplen las asesorías e intervenciones actuales como modelo.
Por su parte, Chile cuenta con una trayectoria de aplicación de Inteligencia Artificial (IA) y machine learning desde el 2018, que busca profundizar. El Dr. Alejandro Mauro, Jefe de Informática Biomédica de la Clínica alemana de Chile, detalla los algoritmos que implementaron desde el inicio, como el BoneXpert, que se utiliza en el 100% de los casos. También implementaron exitosamente sistemas Rapid, como el CTA y el MRI para análisis neurológicos. “La clave de esta implementación es el cambio de conducta terapéutica: Rapid permite implementar terapias que antes no se consideraban por el período ventana de los ACV, y eso nos permite tratar mejor a más pacientes”, explicó orgulloso el experto. Actualmente, se enfocan en aplicar algoritmos de preprocesamiento a los resonadores para obtener imágenes en menor tiempo.
De todas formas, los expertos también insisten en la importancia del pensamiento crítico y el análisis concienzudo. “La gestión del conocimiento no se dio con los pasos de modelos tradicionales gracias al empuje de la pandemia ―resalta Pacheco―, hay mucho entusiasmo, pero hay que ser mesurados y evaluar qué poblaciones pueden adaptarse mejor a una u otra tecnología”. Mauro también aplica esta mesura al uso de algoritmos: “Debemos tener un pensamiento crítico, científico y objetivo. Muchas soluciones no van a resolver nada, y no atienden el problema de la forma correcta; es importante no aferrarse a soluciones y saber descartarlas a tiempo”. De hecho, eso hizo la Clínica Alemana con algunos algoritmos como el de análisis de TC de pulmón de Siemens para neumonías, uno para patologías en radiografías de tórax y otro para lesiones mamarias, que no fueron fructíferos y generaron demasiados falsos positivos, entre otros problemas.
Los caminos que transitaron los cuatro países durante la pandemia, igualmente, dejaron en claro que la transformación digital llegó para quedarse. “Lo que antes era importante, ahora es imprescindible, estamos ante el diseño de un nuevo futuro”, expresó Benegas. “Hay algunas cuestiones como la telemedicina, la IA aplicada a salud y otras estrategias que ya conforman la nueva agenda de bienestar a nivel mundial, no hay vuelta atrás”, sentenció. Asimismo, Lobos insistió en que la telemedicina y la salud digital comunitaria brindan una gran cantidad de oportunidades para toda la región. “A Guatemala, incluso sin pandemia, le urge la telemedicina por el acceso limitado a la salud en zonas rurales, que no tienen acceso de transporte público”.
Lo importante es seguir avanzando. “No debemos tenerle miedo al cambio, uno siempre va a encontrar rechazo, es normal, pero los que estamos intentando generar el cambio debemos ser perseverantes”, propuso Lobos. El referente en informática biomédica de Chile, a su vez, valorizó no solo la transformación, sino también la experimentación para descubrir los algoritmos más útiles, e instó a “encontrar ciertos nichos del uso de machine learning en salud que agreguen valor, como ganar tiempo en el procesamiento de imágenes de un resonador para atender más pacientes”.
Si bien suele haber resistencias, las tecnologías que resuelven un problema se incorporan naturalmente. “La ciudadanía se adaptó muy rápido a las tecnologías existentes, por lo que establecimos una nueva base para plantear servicios en el futuro”, comentó, en base a su experiencia, el especialista en innovación. “El proceso es lograr que las soluciones sean lo más simples posibles. Si una herramienta es simple, la usa mucha gente”, concluyó Mauro.