Por Gabriela Navarra.
El ingeniero Adrián Pacheco, del Centro Nacional de Excelencia Técnica en Salud (Cenetec), de México, dijo que llevan 15 años trabajando en telemedicina y telesalud, y que creen que es importantísima la voluntad política para lograr la implementación de estas tecnologías. “No es sencillo –afirmó-. México es un país con 120 millones de habitantes, de una extensión territorial complicada, con selvas, grandes desiertos, montañas, poblaciones alejadas, donde a veces se tarda 8 o más horas en llegar a brindar servicios básicos como salud o educación”.
Los servicios a distancia comenzaron entre 2005 y 2006 y se han utilizado mucho en tiempos de pandemia. “El paciente ya no consulta en la institución de salud, y el médico tal vez tampoco está allí sino cuidándose en su casa –dijo el integrante del Cenetec-. Existe seguimiento remoto de pacientes Covid y no Covid: enfermos crónicos, salud mental, embarazo saludable. En pandemia utilizamos mucho la interconsulta con dos médicos para la interpretación diagnóstica, por ejemplo, de una imagen de pulmón”
Reyna Arteaga, de Telesan Honduras, dijo que tienen un proyecto con la Unión Europea, llamado Telesan Mosquiteo. “Hasta ahora hemos visto disminución de costos, ahorro de tiempo y mejor cobertura en zonas geográficas de difícil acceso, a las que se llega sólo por vía marítima o áerea. En la primera etapa atenderemos 14 servicios y 7 establecimientos, 6 de primer nivel y un hospital general. La segunda etapa será de expansión a la zona centro sur del país”.
La implementación de Telesalud se ha hecho a través de un software de código abierto y los centros han sido equipados con energía renovable y kits de herramientas para remitir diagnósticos y ofrecer información y respuestas adecuadas. “La idea es tener conectividad en estos establecimientos para poder hacer electrocardiogramas, exámenes oculares, ultrasonido. Hay equipos más avanzados, por ahora éstos son equipos básicos”.
Luego se refirió al tema telemedicina Gabriel Bañales, director del Departamento de Telesalud de Durango, al norte de México. “Concuerdo con la mayoría de los comentarios sobre México –afirmó Bañales-, en particular en cuanto la poca gobernanza en los sistemas de información. No hay muchas políticas públicas que impulsen o respalden la telesalud o salud digital. Eso nos dificulta la interoperabilidad en el trabajo de campo porque cada año batallamos con el presupuesto. Esperamos contar con ello en un futuro muy cercano. Hay referentes, como Colombia o Argentina, que van muy avanzados en este tema, esperemos que nuestros líderes se volteen a ver los beneficios en el uso de la salud digital, ahora, antes y en un futuro”.
Bañales comentó que en Durango, que es un Estado grande y muy accidentado, con sierra, bosque y desierto, hay más de 10 mil comunidades con menos de mil habitantes, a las que es muy complejo llevar salud. “El uso de telemedicina y salud digital nos ayudan mucho en estados como éste. En cuanto a Covid, con el uso de la telesalud los pacientes se han beneficiado mucho, hemos tenido hasta 600 km evitados, entre 100 y 200 mil dólares ganados, gran reducción en el tiempo de dar turnos y unas 650.000 consultas. La cobertura subió de un 29 a casi un 50% y sólo un 13% fue referido a un segundo nivel de atención en un 80% de los casos para un procedimiento quirúrgico. Un 75%, en cambio, recibe seguimiento por telemedicina. Es una herramienta efectiva para la resolución de requerimientos médicos”.
Iván Arias Reyes, de Mapfre Guatemala, explicó que la firma es parte del negocio asegurador en ese país y en el mundo, y que cuentan con 25 años de experiencia en medicina a distancia. “Con la pandemia hicimos un partnership con Ever Health, que es nuestro proveedor en servicios de asistencia médica en telemedicina y nos permite a través de un ecosistema de herramientas tecnológicas ofrecer soluciones diferenciadas a los clientes. Hay canales digitales y a través de un código QR o whatsapp se accede a la plataforma de Ever Health para hacer la gestión de cara al cliente, que con tres clicks puede entrar a una plataforma donde puede tener su consulta médica aun en lugares muy alejados, porque en nuestro país hay una ciudad, Guatemala, y el resto son poblaciones muy distantes y muy marginadas en muchos casos. El médico toma el control del teléfono del cliente, porque hay, por ejemplo, personas mayores a quienes una videollamada les cuesta, o gente que se siente mal y no tiene voluntad para bajar una aplicación y llenarla con el número de póliza. Por eso pensamos que sea el médico quien puede atender y tomar el control. En muchas regiones de América Latina internet no es la mejor así que nos hemos enfocado a que la aplicación se ajuste al ancho de banda de la red y el médico puede apagar su cámara si eso facilita la consulta. Por SMS mandamos el informe médico y el paciente tiene una consulta en tiempo real y una receta que puede cambiar en la farmacia por un medicamento. Proveemos un servicio médico donde es difícil darlo”.
Por su parte, el doctor Ramón Puga, director del Departamento de Telemedicina del Estado de Monterrey, en Nuevo León, México, dijo que la repartición a su cargo es una institución de salud pública y da atención a personas que no tienen seguridad social.
“Estábamos trabajando solamente el expediente clínico electrónico, la teleconsulta y la teleeducación –dijo-. Pero desde el Covid-19 se rediseñaron los procesos básicos y llegamos a la conclusión de que podríamos hacer la tarea con licencias de zoom especiales para telemedicina. Tuvimos que reconvertir nuestro Departamento. Nos dimos cuenta de que existía mucha desinformación en las redes sociales y que teníamos que generar un canal correcto para guiar a toda la población. Tuvimos ayuda gratuita de la Asociación de Neumólogos de Monterrey para guiar a los médicos que atiende pacientes del área rural a través de un Telementory y también estamos trabajando en salud mental, porque hemos detectado que cada vez hay más problemáticas en ese aspecto, tratando de hacer capacitaciones para nuestros médicos y triage correctos con los pacientes, en la rehabilitación post Covid, no sólo a nivel pulmonar sino también de otro tipo de secuelas a atender, y poder hacerlo a distancia”.
Noé Quiroga, de Tula Salud, Guatemala, dijo que esta ong tiene el apoyo de la Fundación Tula, que es canadiense, y que su trabajo está enfocado en colaborar con el Ministerio de Salud Pública de su país. “Tenemos una línea de formación de personal comunitario y rural –dijo Noé Quiroga-. Ahora, con el tema de Covid usamos otras tecnologías, basadas en microlearning y cross learning utilizando mensajería instantánea como el whatsapp y pudimos desplegarlos hacia muchos participantes para informar sobre la pandemia”.
La ong brinda servicios de salud comunitaria a través de smartphones, que han permitido traslados urgentes, consejería y promoción de la salud a través de videos, dirigidos a poblaciones en los distintos idiomas locales regionales y también vigilancia epidemiológica a través del sistema Kawoc.net que permite mapear casos positivos y casos sospechosos y dar un seguimiento. “Hay aprendizaje colaborativo: los equipos se comunican para tener una segunda opinión o presentar algunos casos. Tenemos desplegados en campo 4375 teléfonos y llevamos más de 50 mil consultas”, indicó Noé Quiroga.
Retos y oportunidades de la salud digital
El doctor Román Macaya Hayes, presidente de la Caja Costarricense del Seguro Social, dijo que el Covid-19 aceleró la digitalización en salud y que la Caja tiene una agenda digital muy importante.
Macaya Hayes agregó que el EDUS permitió georeferenciar el 51% de todas las viviendas de Costa Rica, y que está implementado en todos los hospitales periféricos, nacionales y especializados., “Casi el 92% de la población está cubierta por el servicio social, y en algunos hospitales es posible ingresar al sistema a través de la huella digital”.
El EDUS, por otra parte, permite el seguimiento completo de la vida del paciente: son 5,3 millones de personas adscriptas, porque se incluye también a la población migrante, 66 millones de atenciones por medios digitales, 331 millones de recetas otorgadas y 1,7 millones de familias registradas.
“La pandemia estimuló la innovación –agregó el titular de la Caja Costarricense del Seguro Social-. Son herramientas que se han desarrollado desde marzo de este año, como seguimiento por teleconsulta, entrega a domicilio de medicación que incluye receta digital, visita virtual, seguimiento de familias en riesgo y dashboards que permiten monitorear atención hospitalaria”.
El ingeniero Efraín Monge Quesada, Presidente de la Cámara Costarricense de la Salud, dijo que “todos los días las cosas cambian y el rol que tenemos como sector privado, como Cámara, implica hacer accesible la medicina a nuestros pacientes y tenemos que seguir desarrollando esfuerzos con instituciones públicas y privadas para crear un ambiente de desarrollo y una propuesta de valor para las personas”.
Costa Rica, añadió Monge, es un país de indicadores demográficos muy altos, ya que la expectativa de vida a nivel global es de 76 años y allí en cambio llega casi a los 80, “entonces todo este trabajo que hemos hecho nos da una responsabilidad aún mayor: hay que seguir mejorando las condiciones, con las limitaciones que probablemente nos deje la pandemia. La tecnología nos dio la oportunidad de acelerar procesos, pero a nivel económico tenemos grandes retos, y la Cámara debe tener un rol activo dentro del ecosistema para generar conversaciones con todos los actores.”
Finalmente, Monge apuntó que el tema regulatorio debe ser trabajado en lo inmediato, “porque siempre hay un rezago producto de que la tecnología va muy rápido pero toda la burocracia que implica la discusión de un proyecto de ley va más lento. La regulación es un reto importante.”
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