Este será un importante año para la digitalización de la salud en America Latina. En momentos de crisis, la innovación florece. Vimos mucho de esto en los últimos dos años y estoy segura de que nuevamente se cumplirá para el área de salud en nuestra región, en este 2023.
Por Fabia Tetteroo-Bueno*
Durante los últimos años en Philips hemos hablado mucho en distintos foros, espacios gubernamentales, con periodistas, profesionales de la salud y líderes de opinión de la industria sobre la importancia de la transformación digital para Latinoamérica. Desde que lidero nuestra región he escuchado de primera mano los retos que enfrentan nuestros clientes con relación al acceso, sistemas que no se comunican, oportunidades para mejorar la capacitación del cuerpo clínico, la necesidad de soluciones clínicas y operativas a la medida que permitan alcanzar la eficiencia en la atención, reducir los cotos y mejorar el acceso, entre otros. De igual forma, hemos acompañado a muchos clientes para resolver estas situaciones con éxito y manejamos ejemplos concretos en nuestra región. El poder de la tecnología para mejorar la vida de las personas en el campo de la salud quedó demostrado con creces durante la pandemia.
Los líderes de la salud vienen reconociendo hace años la necesidad de una transformación digital. En nuestra región ya tenemos un gran recorrido avanzado en ese sentido y considero que en 2023 vamos a avanzar aún más. Las razones para tomar acciones vienen dictadas por hechos, algunos poco alentadores, como el de la Organización Panamericana de la Salud que indica que se necesitan más esfuerzos para reducir la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles en la región (la cual suponía una reducción de un 33% entre los años 2015 y 2030). Hay una necesidad urgente de pensar en soluciones digitales que ayuden a detectar, diagnosticar y tratar precozmente este tipo de padecimientos.
Otro punto a resaltar es que el comportamiento de quienes “consumen” los servicios de salud (los pacientes y sus familias) exige un recorrido más cómodo. La comodidad de ser asistido y monitorizado en casa, por ejemplo, es algo cada vez más valorado. Según una encuesta de McKinsey, alrededor del 40 % de los consumidores dijeron que seguirán usando la telemedicina en el futuro, frente al 11 % de los consumidores que ya la usaban antes del covid-19. Otra encuesta muestra que, en Brasil, las personas se adhieren más fácilmente a la modalidad de atención virtual.
Estoy segura de que estamos todos de acuerdo en que además de simplificar el flujo de trabajo, la automatización puede ayudar a optimizar el tiempo dedicado por los profesionales de la salud, mejorar la seguridad de los datos y reducir los costos para la institución. Pero el punto en el que debemos poner nuestra mayor atención son los costos excesivos y el desperdicio en la atención médica. Recursos que se pueden optimizar para brindar un mejor acceso. En los Estados Unidos, se estima que aproximadamente el 25% del gasto total en salud se desperdicia, principalmente en cuestiones administrativas.
Alcanzar la madurez digital va mucho más allá de las tecnologías digitales
Consiste en repensar la salud para la era digital y, para que esto sea posible, es necesario utilizar todo el potencial de los datos disponibles. La inteligencia artificial, las plataformas basadas en la nube y los nuevos modelos comerciales son herramientas para mejorar los resultados de la atención médica, reducir el costo de la atención y mejorar la experiencia de los pacientes y el personal.
Nuestra última encuesta sobre el Futuro de la Salud trae algunos puntos destacados por los profesionales de la salud como las mayores barreras para la adopción de tecnología de salud digital en sus hospitales o establecimientos de salud:
- Dificultades con la gestión de datos (44%);
- Falta de interoperabilidad y estándares de datos (37%);
- Falta de capacitación sobre cómo utilizar plenamente la tecnología de salud digital (32%).
A continuación, detallo los 5 puntos que considero relevantes para transitar el camino hacia la madurez digital:
1º) El cambio requiere un enfoque colaborativo, centrado en las personas e impulsado por asociaciones. Esto significa la participación de todos los actores principales (públicos y privados), y la especial atención de las autoridades reguladoras.
2º) Las soluciones digitales deben integrarse en los flujos de trabajo de los profesionales de la salud y las rutinas diarias de atención médica de las personas para crear experiencias beneficiosas.
3.º) La educación virtual y la colaboración pueden ampliar el alcance de la atención especializada y ayudar a los profesionales de la salud a aprovechar al máximo la tecnología de la salud digital.
4º) Las plataformas digitales abiertas y basadas en la nube deben formar la «columna vertebral» para conectar los datos de los pacientes en entornos con estándares de datos abiertos, promoviendo una mayor interoperabilidad y con la ayuda de la IA para transformar los datos en conocimientos.
5º) Se necesitará confianza, exigiendo un uso responsable de la tecnología digital que proteja la privacidad y la seguridad de los datos, evitando efectos colaterales, que inadvertidamente pueden incrementar las desigualdades en salud existentes.
¿Cómo le va a su compañía de atención médica con cada uno de ellos?
* Vicepresidente sénior y gerente general de Philips para Latinoamérica