De esta forma describió el panorama regional uno de los referentes en salud digital durante el panel «COVID-19: Impulso de la telesalud para disminuir las desigualdades». En esa mesa, Rodrigo Saucedo (México), Bogi Eliasen (Dinamarca), el Dr. Fernando Plazzotta (Argentina) y Kevin Durón (Honduras) discutieron la situación de la telemedicina en América Latina y explicaron las ventajas de esta herramienta para ampliar el acceso a la salud.
Por Rocío Maure
En el marco de la conferencia HIMSS21 LATAM, se destinó un panel de expertos a revisar la situación actual de la telesalud en distintos países a partir de la aceleración que exigió la pandemia y a trazar estrategias para profundizar este modelo. Los especialistas reconocieron la importancia de la telemedicina para el seguimiento de enfermedades crónicas, para establecer mejores estrategias de prevención y para asegurar una cobertura sanitaria geográfica amplia.
La telemedicina permite, entre muchas cosas, acortar distancias y atravesar fronteras. Bogi Eliasen, miembro del Movimiento de Salud 2030 y Director de Salud del Instituto de Estudios del Futuro de Copenhague, considera que la escala de hispanohablantes es relevante porque varios países pueden trabajar juntos. “El 80 % de los retos en salud son iguales en todos los países, eso nos convoca a trabajar juntos para resolverlos”, explica. Este especialista danés también insta a “reconocer la importancia de la detección oportuna, la prevención y el desarrollo de sistema de un atención primaria de alta tecnología. El impacto a nivel social es mucho mayor si se utiliza la tecnología en primera instancia, no debemos dejar la tecnología solo para casos graves”.
Ese enfoque preventivo es justamente el que adoptó la Fundación Carlos Slim de México. Rodrigo Saucedo, Jefe de Salud Digital de la Fundación, destaca que las enfermedades crónicas tienen un gran impacto en muchos países de América Latina y que, en el marco de la aceleración de la pandemia, “ahora tienen un lugar más trascendental y es más patente la necesidad de mecanismos para identificarlas”. Así entran en juego las plataformas digitales, que aportan una oportunidad sin precedentes para la atención de diabetes, obesidad e hipertensión, entre otras. A su vez, deben considerar el futuro cercano que resulte de la pandemia: “El COVID-19 no es solo una enfermedad viral. Tiene consecuencias metabólicas, cardiovasculares, secuelas que impactan en los servicios de atención”, recalca.
Como caso de éxito, la Fundación desarrolló la plataforma MIDO (Medición Integrada para la Detección Oportuna), que permite identificar las principales enfermedades crónicas e, incluso, la pre-enfermedad para anticipar las medidas de prevención. Gracias a este programa, la telemedicina y las plataformas digitales interactúan para brindar controles sistemáticos y asegurar un seguimiento a pesar de las redes físicas. Como resultado de su uso por parte de 2,4 millones de mexicanos, se detectó que el 8 % presentaba prehipertensión y el 9 % prediabetes, y era una población que no conocía esa condición. “Logramos una detección oportuna para retrasar la aparición de la enfermedad. Si estas enfermedades crónicas se detectan en etapa temprana, es más fácil asegurar el monitoreo y garantizar que el sistema de salud no colapse”. Saucedo también ilustra que los tratamientos, una vez avanzada la enfermedad, son más costosos y, por ejemplo, la diabetes representa el 10 % del gasto total en salud en México.
La importancia de sortear distintas barreras
Uno de los obstáculos para la implementación de la telemedicina es la creación de una cultura digital en la población, según el Dr. Fernando Plazzotta, Coordinador del programa de Telemedicina y Jefe del área de Informática para la Comunidad del Hospital Italiano de Buenos Aires. El referente argentino, al igual que sus colegas en el panel de Historia Clínica Electrónica, destaca la importancia de la gestión del cambio y asegura que “la sociedad no estaba preparada para la telemedicina”. Si bien el HIBA planteó la necesidad de la telemedicina hace ya 5 años, el proyecto se catapultó a partir de la pandemia. “Durante 2019, realizamos 4 mil consultas virtuales. Durante la pandemia, las teleconsultas representaron el 80% de la atención y de marzo a junio de 2020 realizamos 4 mil consultas por día”, ilustra. Así detectaron problemas de acceso y pudieron establecer procesos de contingencia. Plazzotta destaca la importancia de “manejar el cambio con buena información, cercanía al usuario y buenas líneas de soporte”. Por ejemplo, utilizaron las redes sociales de forma masiva: “realizamos un vivo de Instagram semanal para pacientes y un webinar por Zoom quincenal para los médicos sobre estrategias para adoptar esta tecnología”, agrega.
Así como la telesalud puede presentar barreras al comienzo de la implementación, también puede ayudar a superar barreras geográficas y de acceso. Ese es el caso de Honduras, donde esta tecnología aún es muy incipiente, pero ya representa ventajas significativas para los usuarios. “Algunas poblaciones vulnerables, como la del departamento Gracias a Dios, tienen dificultades físicas y económicas para acceder a los servicios de salud, ya que deben trasladarse y costear también el traslado y alojamiento”, explica el nutricionista Kevin Durón, miembro de la Junta Directiva y Consultor de COMSALUD. “La red TeleSAN nace para conectar establecimientos a un hospital central con una amplia cartera de especialidades, y así también acercar servicios complejos al primer nivel de atención”, agrega el representante. Hoy, más de 50 establecimientos de salud están conectados a la red TeleSAN y también aprovechan la herramienta para difundir información relevante. “Tenemos un Programa de Nutrición que implica teleeducación para la población y para el personal de salud; y un Programa de teleeducación para el personal de salud del primer nivel, donde los especialistas del tercer nivel brindan temas relevantes para mejorar la atención”.
Un futuro cercano prometedor
“El pensamiento actual del sector de salud es analógico, tiene que ser digital. Debemos cambiar el paradigma para resolver los retos”, remarca Eliasen. Tal como reflejan las experiencias de los ponentes, las plataformas digitales son herramientas que permiten ser más eficientes y alcanzar a más personas con los mismos recursos. El referente del Movimiento Salud 2030, que conoce en profundidad la realidad mundial, llama a “no replicar las fallas en Europa y Estados Unidos, aprender de los errores de otros países. En América Latina se puede empezar de cero, eso brinda una excelente oportunidad” e insiste en que “hay una gran población que podría beneficiarse mucho con herramientas muy simples. Con alta tecnología se ayuda no solo a los ricos, sino a toda la población”.
Saucedo también comparte que un aspecto relevante de las plataformas digitales es que permiten brindar servicios de una forma más simplificada. “La salud digital es el inicio de un cambio de paradigma que nos va a permitir romper barreras, brechas. Aún hay muchas brechas digitales, pero debemos aprovechar este impulso en la región, a nivel operativo y también directivo, para continuar impulsando estos procesos de adopción de innovaciones para que se conviertan en políticas públicas con un impacto nacional”, concluye. Todos los panelistas insisten en que la penetración de internet y el uso del celular dejaron de ser un bien de lujo y ahora son un bien necesario. Al respecto, el Dr. Plazzotta concluye que “debemos buscar garantizar la conectividad, los gobiernos deberían empezar a pensar en que la conectividad es un canal para mejorar la educación, para mejorar la salud. Es una apuesta fundamental de mejora y aún es una deuda pendiente en nuestro continente”.