Con el objetivo de encontrar vías para mejorar la salud y el bienestar de los europeos mediante el uso de dispositivos móviles -tales como smartphones, tabletas, aparatos de monitorización de pacientes y terminales inalámbricas-, la Comisión Europea lanzó una consulta sobre mHealth.
“La sanidad móvil reducirá las costosas visitas al hospital, ayudará a los ciudadanos a hacerse cargo de su propio estado de salud y bienestar e impulsará una sanidad centrada en prevenir en vez de curar”, afirmó Neelie Kroes, vicepresidenta de la Comisión Europea (CE).
En 2017, según estima la institución, 3.400 millones de personas en el mundo tendrán un teléfono inteligente; y la mitad de ellas utilizará aplicaciones m-Health. En la actualidad, casi 100 mil apps médicas están disponibles en plataformas como iTunes, Google Play, Windows Marketplace o BlackBerry World.
Gracias al uso de estas aplicaciones, que permiten un diagnóstico precoz y animan a la prevención más que al tratamiento, Europa podría ahorrar 99.000 millones de euros en tres años.
Sin embrago, la importancia de concienciar sobre la usabilidad de la sanidad móvil no se reduce al recorte del coste sanitario ni a la esperanza del retorno de la inversión, ya que las apps médicas mejoran el monitoreo de pacientes crónicos y permiten que los profesionales de la salud gasten hasta un 30 por ciento menos de su tiempo en acceder y analizar los datos de los usuarios.
Ciudadanos, profesionales de la salud, autoridades públicas y fabricantes de teléfonos móviles podrán expresar sus puntos de vista sobre el desarrollo de las apps en el territorio europeo.
Por su parte, la consulta hará hincapié en cómo mejorar la seguridad de los datos del usuario y la privacidad de la información, cómo garantizar interoperabilidad entre las aplicaciones y cómo incentivar el espíritu empresarial en torno a la sanidad móvil.
Hay tiempo hasta el 3 de julio para participar; a fin de año la Comisión Europea publicará un resumen de las respuestas.
Haga click aquí para acceder a la consulta de la CE.
Fuente: Comisión Europea