Oscar Huapaya Huertas: «debemos enfocarnos más en la promoción y en la prevención»

Entrevistas

El Jefe Corporativo de Informática Biomédica del Grupo San Pablo y profesor de la Universidad Científica del Sur, en Perú, conversó con E-Health Reporter Latin America sobre la perspectiva que adoptó el grupo para avanzar en la transformación digital, el papel central que tiene el paciente a la hora de definir nuevas implementaciones y cómo se podría profundizar ese proceso. «Se observa un cambio de mentalidad en muchas instituciones», afirmó.

Por Rocío Maure

Oscar Huapaya Huertas es médico clínico de formación, pero se ha especializado en salud digital y en inteligencia artificial aplicada a datos en Medicina. Su enfoque desde el área de Informática Biomédica prioriza la innovación y pone al paciente como eje central. Así, el Grupo San Pablo fue pionero en implementar un sistema de teleconsulta y, recientemente, integró una solución innovadora orientada a reducir el tiempo de atención de pacientes con ACV o con infarto agudo de miocardio.

. En líneas generales, ¿cuál era el panorama de la Salud digital en Perú y cómo se transformó a partir de la pandemia?

Antes de la pandemia, en Perú el foco no estaba puesto en la salud digital. Es cierto que desde 1990 hubo algunos intentos de implementar una historia clínica electrónica (HCE), mediante un sistema que fue evolucionando, pero solo se llegó a implementar en un gobierno regional. Actualmente, alrededor del 70% de los establecimientos no tienen HCE y algunos tienen una historia clínica informatizada (HCI), que no tiene firma digital y, por ende, se asemeja mucho a la tradicional.

Por su parte, la telemedicina tampoco tenía la importancia que cobró con la pandemia. Antes del COVID-19, la normativa no acompañaba el avance, ya que el modelo de teleconsulta exigía tener un profesional de la salud junto al paciente mientras se desarrollaba la consulta remota con otro profesional. Además, se necesita un doble consentimiento informado, uno de tratamiento de datos personales y otro de teleconsulta.

Desde el Grupo San Pablo ya habíamos comenzado a implementar la HCE en nuestras clínicas desde el 2018 y comenzamos a trabajar para implementar un sistema de teleconsulta 6 meses antes de la pandemia. Esto nos permitió profundizar ese modelo cuando la pandemia nos obligó a atender de forma virtual. Hoy, a solo un año de haber implementado las teleconsultas en el Grupo San Pablo, de haber capacitado a nuestros profesionales de la salud para que sepan qué patologías se pueden atender de esta forma y de educar a los pacientes que quizás nunca habían estado expuestos a este tipo de atención, ya hemos realizado más de 100 mil consultas.

Y no somos un caso aislado. Ahora, el gobierno tiene un software propio de teleconsulta, muchas otras instituciones adoptaron otros sistemas y ya se realizan teleconsultas, de forma más avanzada o más rudimentaria, en absolutamente todas las instituciones. Ese cambio cultural es, sin dudas, resultado de la pandemia y la mentalidad de muchas instituciones, e incluso el gobierno, está cambiando.

. ¿Cómo se destaca el Complejo San Pablo con sus implementaciones respecto a otras instituciones de salud?

Considero que nos destacamos en tres puntos principales:

En primer lugar, hemos desarrollado un modelo de clínica completamente virtual para nuestras 9 clínicas con públicos objetivos diferentes. Fuimos la primera institución en implementar el modelo de servicios adicionales, que incluye el laboratorio y la farmacia a distancia. El gran diferencial, en este sentido, es que centramos los servicios a lo que necesita el usuario, basamos los productos en esas necesidades. De hecho, mi área destina presupuesto a realizar talleres con pacientes para comprender qué necesitan y en base a esa información y otros análisis, el servicio se mejora y actualiza cada prácticamente 2 meses.

En segundo lugar, y gracias a ese contacto con las necesidades de los pacientes, identificamos otros servicios de telesalud, como la telerehabilitación. Somos la única institución que ofrece esta opción. Esta área de oportunidad se presentó durante la pandemia, ya que la rehabilitación no era un servicio esencial, pero era necesario para rehabilitar a los pacientes recuperados de COVID-19. Analizamos y luego replicamos el modelo de algunas instituciones estadounidenses. Como obtuvimos buenos resultados y una gran respuesta, ya ampliamos el servicio para 8 diagnósticos adicionales a los temas respiratorios.

Por último, creo que un aspecto fundamental para la transformación digital del Grupo es el trabajo en conjunto con instituciones educativas. Abrimos camino para unir la academia con el mundo privado, comenzamos con la Universidad Mayor de San Marcos, yo trabajo también en la Universidad Científica del Sur y ahora también estamos trabajando con la carrera de Bioingeniería de la Universidad UTEC. Mantenemos el vínculo con varias instituciones para identificar oportunidades y así logramos avances realmente innovadores. De hecho, gracias a este tipo de alianzas, implementamos aplicativos como Telestroke e Imaste para permitir el tracking de pacientes con ACV e infarto agudo de miocardio, que reducen ostensiblemente el tiempo de atención del paciente y, así, las secuelas.

. ¿Cómo es el proceso de desarrollo de este tipo de soluciones? ¿Cómo se integran los aplicativos como Telestroke al circuito de atención ya establecido?

Personalmente, prefiero trabajar con proveedores externos porque tienen el know how y la experiencia de haber implementado la solución en otros países, han atravesado los mismos obstáculos y pueden asesorarnos en cada paso. A partir de las necesidades que identificamos como prioritarias, triangulamos el proceso con la Universidad y el proveedor.

En este caso puntual, la prioridad era reducir el tiempo de atención en cuadros extremos como el ACV, donde la ventana de 4 horas define si el paciente vive o si tendrá secuelas muy graves. Para hacer el tracking de los pacientes, implementamos el programa JOIN y brinda un seguimiento que permite notificar automáticamente a todos los involucrados desde que el paciente llega a la ambulancia, desde enfermeros hasta el radiólogo y neurólogo. Un neurólogo intervencionista, por ejemplo, es un especialista muy específico que no está continuamente en el hospital, pero el tiempo es clave para reducir las secuelas. Al momento, hemos logrado reducir hasta un 45% el tiempo de atención gracias a Telestroke, que ya está implementado en 2 clínicas. Desde hace poco tiempo, estamos utilizando el mismo programa para utilizarlo como IMASTE y aplicarlo a casos de infarto agudo de miocardio.

Siempre que acordamos un contrato con un nuevo proveedor, pedimos cierta flexibilidad para mantener la cultura de los profesionales de la institución. Este aplicativo, originario de Japón, es muy maduro así que no se necesitaron muchos cambios, solo algunos ajustes de interoperabilidad. Para nosotros es fundamental adaptar cada solución al sistema que ya tenemos implementado. Otro aspecto esencial es capacitar a los profesionales que utilizarán las herramientas. La mejor forma de capacitar médicos es a través de casos clínicos. Toda la carrera se estudia de esa forma y debemos extender ese concepto a la salud digital. Comenzamos la capacitación con una introducción teórica básica, pero muy pronto pasamos a la práctica para que los médicos, enfermeros, radiólogos, tecnólogos puedan realmente ver cómo funcionan las herramientas.

. Además de estos aplicativos, la telerehabilitación y los servicios ampliados de la clínica virtual, ¿qué otros avances innovadores está implementando el grupo?

Una prioridad actual del Grupo San Pablo es finalizar la implementación de la HCE, ya que planificamos implementarla en las 4 clínicas restantes el próximo año. La primera implementación, en 2018, nos tomó 12 meses, pero luego pudimos aprender y agilizar el proceso, así que la HCE ya funciona en 6 establecimientos del grupo. Contamos con un repositorio centralizado, lo que permite que sin importar el lugar de atención se pueda brindar continuidad de tratamiento.

Por otra parte, otro servicio innovador que vale la pena destacar es la teleinterconsulta, que está íntimamente relacionada con una particularidad geográfica: contamos con unidades mineras donde los médicos clínicos no necesariamente están especializados y, al ser pocas instancias al mes, no sería conveniente tener especialistas radicados en la mina. Como primer paso, hemos implementado este servicio para Oftalmología. También comenzamos a implementar Dermatología para atender afecciones propias de la mina y proyectamos ampliarlo aún más, incluso hasta Ginecología.

Además, desarrollamos un aplicativo de Resultados críticos. Primero, catalogamos ciertos valores que ponen en riesgo la vida del paciente; cuando se identifican esos valores, llega una notificación al aplicativo. Se notifica al médico, donde sea que esté, y debe tomar una decisión dentro de las 6 horas para ingresarla a la HCE. Esta solución ya se aplica a todos los niveles de atención, incluso aunque el paciente sea ambulatorio, ya que se envía una ambulancia para trasladarlo. Sigue la misma línea que todas nuestras herramientas: velar por la seguridad y el bienestar del paciente.

. ¿Cuáles son los desafíos que aún se deben superar en relación con la salud digital tanto a nivel nacional como en su institución?

A nivel nacional, existe la intención de implementar la HCE como país. Es un proyecto que aún está muy inmaduro, pero que sería un gran avance. Para ello, es fundamental que el gobierno honre el compromiso de implementar y desplegar la columna de fibra óptica, que también es un desafío por la geografía del Perú. Otro desafío fundamental es el tema educativo. El Concytec, Centro de Formación Peruano, armó un programa de becas para inteligencia artificial en salud, y considero que es ideal fomentar ese tipo de formaciones. A nivel estatal, no se está priorizando fomentar cursos de posgrado orientados a la informática en salud y es muy necesario capacitar a nuevos profesionales que puedan desempeñarse en ese área.

A nivel institucional, tenemos varios proyectos para seguir trabajando en la línea de mejorar la atención de los pacientes. Buscamos, por ejemplo, mejorar la evaluación clínica y enfocarnos directamente en atacar enfermedades. Hemos llegado a un punto en el que necesitamos trabajar con sistemas híbridos, ya que las soluciones que necesitamos aún no existen. Por eso, estos proyectos que no están enteramente desarrollados por proveedores, incluyen desarrollos internos.

En todos los niveles, considero que hay que trabajar mucho en la prevención. Muchos problemas se pueden resolver con temas educativos y ahí debemos poner el foco. Creo que todos los profesionales peruanos debemos enfocarnos más en la promoción y prevención, que aún es una línea que debe trabajarse.

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