Dr. Victor R. Castillo Mantilla: «La inmediatez que genera la digitalización no tiene precio»

Entrevistas

A pocos días de su presentación en el Latin America Summit de HIMSS, con eje en la Transformación digital en hospitales y organizaciones de Salud, el presidente de la Fundación Cardiovascular de Colombia comenta los grandes avances de su institución en los últimos tiempos.

Como Presidente de la Fundación Cardiovascular de Colombia (FCV), el Dr. Victor Raúl Castillo Mantilla afirma que la irrupción de la pandemia ha acelerado y profundizado los procesos en materia de transformación digital que la FCV ya tenía encaminados. “La inmediatez que genera la digitalización hace una gran diferencia. La gente no conoce ese beneficio hasta que lo tiene; y no sabe lo que vale hasta que lo pierde”, sostiene este médico cirujano con especializaciones de Cirugía General y de Cirugía Cardiovascular.

  • ¿Cómo se vivió la pandemia puertas adentro de la FCV y cómo impactó en la institución?

            La pandemia ha sido una guerra contra un virus. Así como trajo muchas cosas malas, como el aumento de la mortalidad, las consecuencias tardías, los incrementos en fallas cardíacas, también trajo muchas oportunidades. Me atrevo a decir que estos han sido los dos años de mejores resultados para la Fundación, tanto económicos, de desarrollo institucional, de nivel científico, de crecimiento; ha sido realmente una revolución en el interior de la institución.

Tuvimos mucho éxito para abordar la pandemia porque ya estábamos preparados. Cuando apareció el SARS-CoV-2, ya teníamos implementado el Hospital virtual, lo que permitió realizar hospitalizaciones en casa y teleconsultas. Con la pandemia, los profesionales de la salud estuvieron más abiertos a atender de forma virtual y el pánico obligó a las personas a cambiar de mentalidad: la telemedicina y la omnicanalidad fueron fundamentales para tratar el COVID-19. Ahora, todos los controles son virtuales en primera instancia y solo se realizan de manera presencial cuando el cuadro lo amerita.

A su vez, hace ya 4 años que comenzamos a transitar el camino de las certificaciones de HIMSS, pero el mayor trabajo se realizó este último tiempo (el año pasado la Fundación cardiovascular recibió el EMRAM 6). Al estar aislados, muchos profesionales de la Fundación se abocaron al trabajo y eso fue clave para avanzar en el trabajo interno. Como Presidente de la Fundación, considero que han sido los dos años más productivos de la institución y la pandemia fue una coyuntura que nos ayudó a concentrarnos en la acreditación del Nivel 7 de HIMSS, lo transformó en un propósito institucional. Nuestro objetivo es el cambio de cultura.

  • ¿Qué tan avanzada considera que está hoy Colombia en materia de salud digital?

            Considero que hubo una gran apertura. Por ejemplo, todas las instituciones usaron la telemedicina. Y si bien no es lo mismo telemedicina que salud digital, hubo muchos avances y una mejor aceptación en ese aspecto. Creo también que queda mucho por recorrer en lo que respecta a  la transformación digital intrahospitalaria.

Muchos creen que algunas acreditaciones, como la de HIMSS, equivalen a una herramienta informática. Pero la herramienta informática es solo una plataforma para la transformación digital; es uno de los componentes, el resto es el componente humano, los procesos que implican poder lograrlo. Esa es la clave para el verdadero cambio. En el mundo, muchos trabajan por obtener el documento, para fines de competitividad o mercadeo, pero la clave es la continuidad en el tiempo. Mantenerse es difícil. Debe considerarse una estrategia de cultura transformacional. Estas acreditaciones, por supuesto, requieren inversiones, pero es un costo que se valoriza a futuro, que aumenta la competitividad y optimiza toda la atención. Obtener información en el momento, gracias a una central de mapeo de todos los pacientes, por ejemplo, brinda beneficios que no tienen precio.

  • ¿Cuál es el mayor desafío que enfrenta la FCV a la hora de implementar innovaciones digitales y cómo lo supera?

            La mayor traba ha sido la resistencia humana a la transformación. Es difícil dejar el papel y cambiar los pasos que se toman desde hace 30 años. Para superar este obstáculo se necesita trabajo diario, convencimiento, demostrar los beneficios y exigir también un compromiso. Implica mucho trabajo de comunicación y que las cosas funcionen para que la gente acceda a la transformación. Ese es otro gran reto.

Además, es fundamental crear unidades nuevas relacionadas a procesos y mejoramiento. Por ejemplo, creamos la unidad del dato, conformada por un equipo que es clave para alcanzar la gobernanza y el manejo adecuado del dato. Tenemos una unidad de epidemiología para el análisis del dato, para mejorar los procesos de atención y los resultados. Por su parte, nuestra Dirección de informática médica tiene una estructura propia con técnicos, médicos, etc. que trabajan con toda la organización para promover el cambio a la cultura digital, realizar auditorías y vigilancia. Creamos también la Oficina de Medicina basada en valor, una tendencia que tiene ya 10 años en el mundo, que implica revisar todos los procesos para eliminar todo lo que no agregue valor. Es una gran transformación para medir todas las acciones en pos del beneficio del paciente.

  • Las instalaciones de la FCV ahora ostentan una gran cantidad de nuevas funcionalidades en el sistema rumbo al Nivel 7 de HIMSS. Dentro de esas innovaciones, ¿cuáles destacaría y por qué?

            Dentro del cambio a la cultura digital, un gran avance ha sido el circuito cerrado. Incluimos muchas aplicaciones móviles, como la de circuito cerrado, con la cual se escanean los códigos de barra de los medicamentos, los análisis, incluso la nutrición parenteral, para validarlos a través de la app. Así brindamos mayor seguridad al paciente. Si bien este proceso ya estaba digitalizado y no era en papel, ahora se hace al lado del paciente, genera resultados concretos muy rápidos y visibles.

Por otro lado, si bien ya contábamos con máquinas de contingencia, no teníamos la metodología tan exigente que requiere HIMSS, como tener máquinas exclusivas para contingencias reales, marcaciones de color para que sean fáciles de identificar.

Por último, otro diferencial fundamental fueron las vías clínicas. Previamente, teníamos algunos protocolos clínicos con un sistema muy manual mediante herencia. Hoy llegamos a las vías clínicas, que es un paso más avanzado del protocolo, con una trazabilidad y seguimiento a herencias por el sistema digital. Así logramos más confidencialidad, además de que es un pilar para la Oficina de Medicina basada en el valor. Cada vez tenemos más vías clínicas para el control de gestión.

  • ¿Cómo podría resumir el abordaje de la ciberseguridad, tan fundamental en estos procesos, durante esta experiencia?

            La ciberseguridad es un esfuerzo de todos los días e involucra a todo el equipo. Tenemos más de 4000 funcionarios en toda la institución, es un aspecto muy sensible. Ya teníamos implementada una estrategia de ciberseguridad, pero debimos fortalecerla. Nunca se puede eliminar completamente el riesgo, pero sí se puede disminuir al máximo. El peligro siempre latente y que exige un trabajo diario. Por eso, contamos con un Oficial de seguridad informática de dedicación exclusiva. Además, todo el personal debe capacitarse a diario en ciberseguridad, tenemos actualizaciones regulares. Se cambian las claves de forma permanente de acceso a los correos, a las aplicaciones. El factor humano es el más importante. Tenemos ataques de forma permanente, y las herramientas de prevención y bloqueo las detectan.

  • En breve formará parte del Latin America Summit de HIMSS, en Orlando, ¿nos podría adelantar qué temas va a abordar y algunas conclusiones?

            Vamos a conversar en torno a los avances del manejo del dato, de la gobernanza. Antes no teníamos estadísticas reales, por eso el manejo del dato es fundamental. El circuito cerrado también es un avance enorme, que debimos hacer una implementación de cero y ya observamos beneficios invaluables. El circuito cerrado brinda un enorme avance hacia la seguridad del paciente, y creo que debería exigírsele a todos los hospitales. Son cambios institucionales para cambiar la cultura, para transformarnos. En este sentido, considero que el saldo de la pandemia es enormemente positivo, todos los avances, los cambios y los reconocimientos aumentaron nuestra competitividad. También creo que para tener una cultura digital necesitamos acreditar el Nivel 7 de HIMSS; aunque esa no es la meta sino el punto de partida. Nuestro fin último es alcanzar la transformación digital. Gracias a estos cambios, bajamos las tasas de mortalidad, de morbilidad, atendemos mejor a la gente, conseguimos la información al instante. La inmediatez que genera la digitalización, los procesos informáticos, los tableros minuto a minuto no tienen precio. La gente no conoce ese beneficio hasta que lo tiene; y no sabe lo que vale hasta que lo pierde.

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