Regulación de aplicaciones móviles de salud, ¿un fracaso del NHS?

Entrevistas

Por Paulina De Cesare

El Servicio Nacional de Salud de Inglaterra (NHS por su sigla en inglés) trata a más de 600 mil pacientes por día, tiene más de un millón y medio de empleados y cuenta con un presupuesto de 115 billones de libras.

Hasta fines del año pasado ofrecía una librería de aplicaciones móviles de salud, es decir, una guía que recomendaba a la población qué apps utilizar según su condición o enfermedad. Pero se demostró que muchas de estas aplicaciones compartían la información de los usuarios de forma ilegal. Y la herramienta dejó de funcionar.

Días después, Simon Leigh, economista especializado en salud e investigador de la Universidad de Liverpool, publicó “App-based psychological interventions: friend or foe?”. El informe, realizado junto a su colega Steve Flatt, detalla más problemáticas acerca de las apps que obtuvieron el visto bueno de la entidad.

En su estudio denuncia que no está comprobada la efectividad clínica de la mayoría de las aplicaciones de salud mental aprobadas por el NHS. ¿Cómo hay que interpretar este desliz en concordancia con el cierre repentino de la librería de apps?

Pienso que se han apresurado y que no han destinado la atención que el tema merece. En otros países, como Estados Unidos con la Food and Drug Administration (FDA), están haciendo un trabajo relativamente bueno al respecto. Pero en Inglaterra parece que se han apurado al publicar un estudio piloto.

Creo que la gente siempre espera más y que es una situación incómoda para el NHS, que no suele incurrir en este tipo de errores. La evaluación que hicieron de las apps fue muy pobre, necesitan pensarlo mejor y esforzarse un poco más.

¿Cree que es realmente necesaria una regulación por parte de la Comisión Europea incluyendo, por ejemplo, la marca CE en las apps aprobadas?

Sí, pero aún no lo han hecho porque no es tan simple de regular: se necesita mucha información disponible y el problema es que los desarrolladores no recolectan evidencia de cómo se utilizan sus apps.

Específicamente en Inglaterra, el NHS está en una situación dificultosa en cuanto a la Kitemark, ya que debería repensar las consideraciones de seguridad de las aplicaciones para evaluar si son o no efectivas. De todos modos, el Servicio ya está desarrollando un nuevo sistema de registro en colaboración con la Universidad de Leeds y el Instituto Nacional de Excelencia Sanitaria y Clínica (NICE), que se lanzará el próximo año. Lo que queda claro es que están buscando nuevas formas de implementar la Kitemark, sobre todo con el foco puesto en la seguridad de la información y dejando en último lugar si hay evidencia de efectividad o no. Pero en cuanto a la implementación de una marca CE en apps, creo que todavía falta mucho.

¿Quién debería ser el encargado de evaluar las apps: los desarrolladores o las autoridades gubernamentales?

Justamente ahora estoy trabajando en un estudio al respecto. Me parece que en una primera instancia debería ser el desarrollador. El problema obvio es que recolectar datos de los usuarios y evaluarlos no es barato ni simple, entonces no lo hacen, como tampoco realizan pruebas de control o estudios observacionales.

Por otro lado, no creo que los desarrolladores sepan qué se espera de ellos, lo que también es parte del problema. Hasta ahora, no está claro qué deberían proveerle al NHS y a otros entes, por ende es necesario informarles a los desarrolladores exactamente qué es aceptable y qué no para conseguir la aprobación del NHS.

Creo que una buena alternativa sería que el NHS ayudara con las evaluaciones, tal como evalúa drogas y realiza pruebas clínicas. Pero antes de que el Servicio esté dispuesto a hacerlo, sería importante que las apps mismas obtengan algo de información para que exista evidencia de que funcionan. Por ejemplo, si recolectan información valiosa de cincuenta usuarios y demuestran mejoras en depresión, es posible que el NHS diga: “Bien, se han demostrado efectos pero hay muchas incertidumbres porque sólo han observado un grupo pequeño de pacientes y así es muy fácil pasar por alto efectos adversos significativos, así que probaremos la app con un número mayor y veremos si funciona”. El NHS podría hacer mucho más para ayudar pero no creo que esté en una posición para poder hacerlo, no estoy seguro de que sepa exactamente qué quiere.

En lo personal, ¿recomienda el uso de apps en tratamientos de salud mental?

Algunas pueden ayudar… Existe una llamada Big White Wall que ha demostrado increíbles resultados, realmente está ayudando a muchas personas, tiene evidencia clara de su efectividad. Hay otras que están evaluadas rigurosamente, que son supervisadas por médicos de salud mental y que parece que están haciendo un buen trabajo. Lo increíble es que las que son realmente efectivas también son muy baratas: si cuestan diez libras y son capaces de curar la depresión…

Pero más allá de estos casos particulares, es importante que el NHS y los entes reguladores sean capaces de elegir las mejores apps, las que realmente funcionan, en vez de señalar algunas al azar. Si hay evidencia de los efectos de las apps y de su funcionamiento, hay mucho potencial para crear buenas aplicaciones.By Paulina De Cesare

The British National Health Service (NHS) treats over 600 thousand patients a day, has over a million and a half employees and a budget of 115 billion pounds.

Until the end of last year, it provided a library of mobile health applications, a guide that recommended apps that might be useful to patients suffering from certain diseases or conditions. However, it has been demonstrated that many of these applications shared user information illegally. And the tool has been removed from service.

Days later, Simon Leigh, an economist specializing in health matters and a researcher at the University of Liverpool, published “App-based psychological interventions: friend or foe?” The report, co-authored with his colleague Steve Flatt, outlines problems with apps that were approved by the entity.

Your study indicates that the clinical effectiveness of most of the mental health applications approved by the NHS is not proven. How should this slip-up, along with the sudden closure of the app library be interpreted? 

I think that they’ve gone too quickly and haven’t given the subject the attention it deserves. In other countries, such as the United States and its Food and Drug Administration (FDA), they’re doing quite good work in the area. But in Britain it seems that pilot studies have been published too quickly.

I believe that people always expect more and that is an uncomfortable situation for the NHS, which doesn’t usually make these kinds of mistakes. The evaluation they carried out of the apps was very poor, they need to think again and make more of an effort.

Do you believe that regulation by the European Commission including for example the EC logo on approved apps is necessary?

Yes, but it hasn’t yet been done because it’s not such an easy area to regulate: you need a lot of information and the problem is that developers don’t gather information about how their apps are used.

Specifically in the UK, the NHS is in a difficult situation with regard to the Kitemark, as it will need to rethink its  security considerations for applications to evaluate whether they are effective or not. In any case, the Service is already developing a new registration system in collaboration with the University of Leeds and the National Institute of Health and Clinical Excellence (NICE), which will be released next year. What is clear is that they are looking for new ways to implement the Kitemark, with a special emphasis on information security leaving judgment on its effectiveness or otherwise to last. But with regard to the implementation of an EC logo on apps, I don’t think we have too long to wait.

Who should be in charge of evaluating apps: the developers or governmental authorities? 

Right now I’m working on a study of this issue. I think that initially it should be the developer. The obvious problem is that gathering user data and evaluating it isn’t cheap or easy so they don’t and they don’t carry out control tests or observational studies either.

However, I don’t believe that developers know what is expected of them, which is a part of the problem. So far, it hasn’t been made clear what is expected of them and that’s also part of the problem. They haven’t been told what they should provide to the NHS and other bodies. It is necessary to tell the developers exactly what is and isn’t acceptable to achieve NHS approval.

I think that a good alternative would be for the NHS to help with these evaluations, just as it evaluates drugs and carries out clinical tests. But before the Service is ready to do that, it would be important for the apps themselves to obtain the information to provide evidence about how they work. For example, if valuable information is obtained from fifty users and it shows improvement in depression, the NHS might say:  “Fine, you’ve demonstrated that it has some effect but there’s a lot of uncertainty because you’ve only observed a small number of patients and it’s easy to overlook significant adverse effects, so let’s try the app with a larger number of people and see if it works.” The NHS could do a lot more to help but I don’t think it’s in a position to, I’m not sure that it knows exactly what it wants.

Personally, would you recommend the use of apps when treating mental health issues? 

Some might help… There’s one called the Big White Wall which has had incredible results, it really is helping lots of people and there’s clear evidence of its effectiveness. Others have been rigorously evaluated, supervised by doctors specializing in mental health and it seems that they’re doing a good job. The incredible thing is that the ones that are really effective are also very cheap: if they cost ten pounds and can cure depression…

But apart from specific cases,  it is important for the NHS and regulatory bodies to be able to choose the best apps, the ones that really work, instead of highlighting a few at random. If there is evidence about the effects and functioning of the apps there’s great potential to develop good applications.

Regulation of mobile health apps: an NHS failure?

The economist and researcher  Simon Leigh says that the British National Health Service was too quick to approve certain apps and believes that the body doesn’t know what it wants.Por Paulina De Cesare

O Serviço Nacional de Saúde da Inglaterra (NHS por sua sigla em inglês) trata mais de 600 mil pacientes por dia, tem mais de um milhão e meio de funcionários e conta com um orçamento de 115 bilhões de libras.

Até o final do ano passado oferecia uma livraria de aplicativos móveis de saúde, ou seja, uma guia que recomendava à população quais apps utilizar de acordo com sua condição ou doença. Mas foi demonstrado que muitos desses aplicativos compartilhavam a informação dos usuários de forma ilegal. E a ferramenta deixou de funcionar.

Dias depois, Simon Leigh, economista especializado em saúde e investigador da Universidade de Liverpool, publicou “App-based psychological interventions: friend or foe?”. O informe, realizado junto ao seu colega Steve Flatt, detalha mais problemáticas acerca dos apps que obtiveram a aprovação da entidade.

Em seu estudo denuncia que não está comprovada a efetividade clínica da maioria dos aplicativos de saúde mental aprovados pelo NHS. Como se deve interpretar este deslize em concordância com o fechamento repentino da livraria de apps?

Acho que se apressaram e que não deram a atenção que o assunto merece. Em outros países, como os Estados Unidos com a Food and Drug Administration (FDA), estão fazendo um trabalho relativamente bom ao respeito. Mas na Inglaterra parece que se anteciparam ao publicar um estudo piloto.

Acho que as pessoas sempre esperam mais e que é uma situação incômoda para o NHS, que não costuma incorrer nesse tipo de erros. A avaliação que fizeram dos apps foi muito pobre, precisam pensá-lo melhor e esforçar-se um pouco mais.

Acha que é realmente necessária uma regulação por parte da Comissão Europeia incluindo, por exemplo, a marca CE nos apps aprovados?

Sim, mas ainda não o fizeram porque não é tão simples de regular: é preciso muita informação disponível e o problema é que os desenvolvedores não coletam evidência de como utilizam seus apps.

Especificamente na Inglaterra, o NHS está em uma situação dificultosa com relação à Kitemark, já que deveria repensar as considerações de segurança dos aplicativos para avaliar se são ou não efetivas. De todos modos, o Serviço já está desenvolvendo um novo sistema de registro em colaboração com a Universidade de Leeds e o Instituto Nacional de Excelência Sanitária e Clínica (NICE), que será lançado no próximo ano. O que fica claro é que estão procurando novas formas de implementar a Kitemark, sobretudo com o foco direcionado à segurança da informação e deixando em último lugar se houver evidência de efetividade ou não. Mas com relação à implementação de uma marca CE em apps, acho que ainda falta muito.

Quem deveria ser o encarregado de avaliar os apps: os desenvolvedores ou as autoridades governamentais?

Justamente agora estou trabalhando em um estudo ao respeito. Acho que em um primeiro momento deveria ser o desenvolvedor. O problema óbvio é que coletar dados dos usuários e avaliá-los não é barato nem simples, então não o fazem, como tampouco realizam testes de controle ou estudos observacionais.

Por outro lado, não acho que os desenvolvedores saibam o que esperam deles, o que também faz parte do problema. Até agora, não está claro o que deveriam prover ao NHS e a outros entes, por isso é necessário informar aos desenvolvedores exatamente o que é aceitável e o que não para conseguir a aprovação do NHS.

Acho que uma boa alternativa seria que o NHS ajudasse com as avaliações, tal como avalia drogas e realiza testes clínicos. Mas antes de que o Serviço esteja disposto a fazê-lo, seria importante que os próprios apps obtenham algo de informação para que exista evidência de que funcionam. Por exemplo, se coletam informação valiosa de cinquenta usuários e demonstram melhoras em depressão, é possível que o NHS diga: “Bem, foram demonstrados efeitos mas há muitas incertezas porque só observaram um grupo pequeno de pacientes e assim é muito fácil esquivar efeitos adversos significativos, por isso testaremos o app com um número maior e veremos se funciona”. O NHS poderia fazer muito mais para ajudar mas não acho que esteja em uma posição para poder fazê-lo, não estou certo de que seja exatamente o que quer.

Pessoalmente, recomenda o uso de apps em tratamentos de saúde mental?

Alguns podem ajudar… Existe um chamado Big White Wall que tem demonstrado resultados incríveis, realmente está ajudando muitas pessoas, tem evidência clara de sua efetividade. Há outros que estão avaliados rigorosamente, que são supervisionados por médicos de saúde mental e que parece que estão fazendo um bom trabalho. O incrível é que os que são realmente efetivos também são muito baratos: se custam dez libras e são capazes de curar a depressão…

Contudo, além desses casos particulares, é importante que o NHS e os entes reguladores sejam capazes de eleger os melhores apps, os que realmente funcionam, em vez de apontar alguns ao acaso. Se há evidência dos efeitos dos apps e de seu funcionamento, há muito potencial para criar bons aplicativos.

Regulação de aplicativos móveis de saúde: um fracasso do NHS?

Please follow and like us: