Un panorama de la transformación digital en la región: con una “pequeña ayuda” de la pandemia y los ciudadanos en el foco del procesoAn overview of the digital transformation in the region: with a “little help” from the pandemic and citizens at the center of the processUma visão geral da transformação digital na região: com uma «ajuda» da pandemia e cidadãos no centro do processo

Gestión de Salud HIBA

Por Matías A. Loewy

Avances en distintas iniciativas de transformación digital en Colombia, Ecuador y Chile, desde telesalud hasta la interoperabilidad de la historia clínica, fueron presentados durante las Jornadas en Informática en Salud del Hospital Italiano de Buenos Aires (HIBA), realizadas de manera virtual en la primera semana de noviembre, en un escenario donde COVID-19 ha sido un buen gestor o dinamizador del cambio.

Christian Peter Clausen, médico y MBA que trabaja como asesor de transformación digital del Ministro de Salud y Protección Social de Colombia, recordó que días atrás Colombia figuró en el tercer lugar del Índice de Gobierno Digital de la OCDE, por encima de países como Dinamarca o Reino Unido. “Desde el inicio de este periodo de gobierno, se tomó la transformación digital como uno de los pilares de desarrollo gubernamental, con más de 100 proyectos en marcha”, sostuvo.

Clausen enfatizó que la transformación digital no se trata de cambio de tecnologías, sino de cambio de procesos. Y que el ciudadano está en el foco de las iniciativas, para mejorar desenlaces de salud, para cumplir con las expectativas de la población y aumentar la efectividad y la eficiencia del sistema.

“La transformación requiere trazar un camino claro, construido colectiva y participativamente, para que no haya desgastes innecesarios”, subrayó.

Los proyectos a mediano y largo plazo incluyen la interoperabilidad de la historia clínica que, según Clausen, corrige la fragmentación de la información y de los procesos de atención; puede cimentar nuevas funcionalidades, tales como sistemas de apoyo a las decisiones médicas y portales del usuario para promover el autocuidado; ayuda a garantizar que los médicos prestan una atención de calidad; y posibilita un mejor control de los abusos y fraudes al Sistema General de Seguridad Social en Salud (SGSSS).

El desarrollo de esa interoperabilidad -enumeró Clausen- requiere de políticas públicas (“siempre es difícil sacar normas y resoluciones”), de esfuerzos de tecnología y programación y de modelos de financiamiento y sostenibilidad. “Esto no puede durar un año o dos. Una vez establecido, esto durará toda la vida”, subrayó.

Otra iniciativa es la de la facturación electrónica, que tiene como objetivo garantizar la trazabilidad y transparencia de las operaciones y acortar los largos tiempos de cobro de las prestaciones; y la ventanilla única electrónica, “que reduce la tramitología que requieren los pacientes hoy en día”, señaló.

Como en gran parte de los países, la pandemia también catalizó en Colombia iniciativas de telesalud. “Tuvimos un crecimiento gigantesco en los últimos 8 meses, aunque ayudados por una reglamentación que es una de las más fuertes de la región”, aseguró Clausen. Entre enero y el 30 de septiembre de 2020, se duplicaron en el país las sedes y se triplicaron los servicios habilitados bajo esa modalidad.

Y aunque subsisten retos para una mayor expansión de la telemedicina, incluyendo un diagnóstico de capacidades, la estandarización de las plataformas tecnológicas, la protección de los datos y la formación de talento humano, “hemos avanzado”, dijo Clausen. “La pandemia nos ha atravesado, pero también ha hecho de buen gestor de la transformación digital”.


Ecuador: aprovechar la experiencia de otros

En Ecuador, las iniciativas de salud digital tienen menor nivel de desarrollo, según expusieron Adriana Abad, analista de proyectos de tecnologías de información y calidad del Ministerio de Salud de ese país y Eduardo García, magister con experiencia en informativa médica y gestión de la salud digital que también fue funcionario de la misma cartera y ahora trabaja como consultor independiente.

“Ecuador está iniciando su camino en la transformación digital, tenemos mucho camino por recorrer, pero es muy necesario aprovechar la experiencia de países de la región”, dijo Abad.

“El proceso de salud digital en Ecuador se está dando, pero necesita un proceso de coordinación mucho más fuerte”, destacó por su parte García, quien presentó los resultados de un estudio que lideró durante su paso por el Ministerio para dimensionar el nivel de madurez en salud digital, en tres ámbitos distintos.

¿Los resultados? En gestión de la información en salud digital, la madurez llega al 42,4%. “Las herramientas digitales no apoyan a los profesionales de la salud. No existen portales o apps que empoderen al paciente de su información clínica. Hay islas de información: se ingresan muchos datos, pero no hay retroalimentación de esos datos para la toma de decisiones”, diagnosticó.

En el campo de la gestión de la infraestructura de tecnologías de la información, la madurez alcanza el 46,9%. “No hay adopción de estándares de mensajería, de terminología o de calidad; no hay procesos de interoperabilidad semántica; y no hay más infraestructura que la pensada para cubrir las necesidades del negocio”, resumió García.

En el ámbito de la gobernanza y estrategias de salud digital, en tanto, se llega al 66,7% de madurez. “Existen normativas basadas en el modelo de atención integral de salud que se implementan, pero no se monitorea el impacto de su ejecución”, resaltó el consultor.

Para redefinir el escenario, Ecuador está trabajando con especialistas del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en una agenda digital “que sentará las bases para el camino a recorrer”, manifestó Abad.

Otra pieza vital para apuntalar ese rumbo es un decreto presidencial de mayo (1033-2020) que regula la adquisición de fármacos y bienes estratégicos en salud, y que obliga a definir normativas (incluyendo de receta electrónica y de la historia clínica electrónica), homologar campos e interoperar los datos clínicos de los pacientes. “Es el proyecto que marcará el cambio que necesitamos en Ecuador”, concluyó.


Chile: antecedentes y el impulso de la pandemia

María José Letelier, cirujana dentista y jefa del Departamento de Salud Digital de una de las divisiones del Ministerio de Salud de Chile, señaló por su parte que la telesalud no es nueva en Chile (ya en 2004 se implementó un programa de tele-electrocardiología), aunque se potenció con el Programa Nacional de Telesalud de 2017 y la estrategia de Hospital Digital de fines de 2018, que a lo largo de 2020 tuvo un fuerte impulso en el contexto de COVID-19 y ha realizado más de 800.000 prestaciones.

“En 2020, además, hemos empezado a diseñar y definir un modelo de salud digital”, dijo Lethelier. Y añadió que está concebido como una estrategia centrada en la persona y que permite apoyar al sistema sanitario tanto en sus procesos asistenciales como en la promoción y prevención, así como también en la generación y uso de información para la gestión y la elaboración de políticas públicas.

“Muchos profesionales y pacientes no creían en formato telemático de atención y la pandemia nos ha obligado”, dijo Carolina Ibañez, jefa del Departamento de Atención Digital del Ministerio de Salud de Chile.

Según estadísticas que presentaron, el 60% de las consultas de atención primaria en el Hospital Digital pudo ser resuelta en ese nivel, mientras que el resto debió concurrir a hospitales.

Las funcionarias agregaron que están avanzando en un reglamento que permita reconocer las atenciones por telemedicina como un acto médico. “Eso va a favorecer la implementación de estas estrategias a lo largo de todo el país”, concluyó Letelier.

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